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Auserón confiesa que las patrias le ponen "enfermo"

EUROPA PRESS

Tras publicar tres libros, el aragonés Santiago Auserón vuelve a la labor editorial con El ritmo perdido (Península), una aventura literaria en la que el artista inicia una búsqueda de la herencia negra en la historia de la canción española a través del ritmo "perdido y borrado" de la memoria.

Auserón se pregunta por qué el influjo de la música negra no ha sido estudiado antes, cuando existen documentos en los que se afirma, por ejemplo, que cuando la Corte estaba Valladolid "no se podía dar dos pasos sin cruzarse con un negro", un momento en el que tener a africanos como criados era un "símbolo de posición para los pudientes". Asimismo, reflexiona acerca de cómo los ritmos africanos tuvieron un gran influjo en los versos, así como en el Siglo de Oro. "Hay un influjo de músicas interétnicas que aportan su potencial e influyen en el desarrollo de las letras españolas".

No se trata de un acto reivindicativo ni nada parecido, según afirmó, ya que confiesa que "las patrias", los símbolos "y todo eso" le ponen "enfermo". "Estamos preocupados por las banderas y todo acaban siendo marcas futboleras. Nuestra cultura no son marcas, son tramas milenarias", defendió el autor. A su juicio, "somos el ejemplo del cruce entre fronteras, por eso estamos tan zumbados. Cuando antes reconozcamos esto, mejor para todos", señaló Auserón, quien aseguró que lo que realmente vincula es la cultura: "Los ritmos, la sensibilidad, el vino y las cerezas de la tierra".

El impacto que la música afroamericana causó en la juventud española motivó al músico a averiguar la razón de esa necesidad expresiva y si esa "predisposición anímica" era fruto del "inconsciente".

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