No le importa reconocer que es muy perfeccionista y que le cuesta "bastante escribir" a pesar de que con el paso de los años ha ido adquiriendo "más técnica y habilidad" para hacerlo más rápido. Cuando apenas faltan unos minutos para que vaya a grabar las dos últimas canciones de su disco aún está repasando los versos. "En realidad nunca termino las canciones, siempre las podría retocar, aunque estén ya para grabar", razona con serenidad: "Como leo mucho, me gusta ser detallista con la lírica, y eso acaba implicando que soy muy riguroso conmigo mismo. Soy mi peor enemigo porque siempre pienso que se puede hacer mejor". El zaragozano Sharif está estos días grabando lo que será su segundo trabajo discográfico, Sobre los márgenes, que verá la luz el próximo 23 de abril. Precisamente, el estudio es lo único que le permite acabar una canción: "La inmensa mayoría de las canciones las puedo retocar de por vida... hasta que las grabo. Esa es la fecha límite", dice con arrebatadora sinceridad.

Sharif, miembro de Fuck Tha Posse y Tr3s Monos, desde que se decidió a apostar por su carrera en solitario, no ha parado de crecer y como él mismo dice, ahora le "empiezan a ir bien las cosas en la música". Habla de música en general porque reconoce que en su casa se oye "poco rap nacional. Escucho a Sabina, Bunbury, Manolo García, Fito, Extremoduro... Me gusta casi cualquier artista que mime la lírica". Quizá por eso, Sharif es "el rapero menos rapero de la escena", alejado del rap puro: "En mi adolescencia, el hip hop lo era todo, lo único que existía, pero con 18 años abrí los ojos al mundo, empecé a ir a la Universidad y conocí a gente que me dejaban libros, me aconsejaban música... Tras descubrir a Sabina vi que el rap es una gota en el mar, una gota maravillosa pero perderse el resto sería muy torpe por mi parte", asevera.

En su adolescencia, retrocede Sharif, fue su sobrino el que le introdujo en el mundo de la rima: "Tuve un gurú. Cuando éramos críos iba a patinar con mis sobrinos, que son de mi edad hasta que el mayor, Adán, se desmarcó del skate y empezó a oír rap. Un día, en su casa, me puso una canción de Ice Cube o Public Enemy, no recuerdo muy bien, y me explicó lo que era eso que sonaba", explica el MC. Sharif ya había recibido la primera dosis de hip hop y ya no se iba a poder separar de él: "Los primeros versos que yo vi, se los vi a él y fue él también el que me presentó a Kase.O", señala el zaragozano que, sin embargo, explica que pronto empezó a marcar su propio camino: "Sentí mucha pasión por el hip hop y creé mi propio camino con mi gente de Fuck Tha Posse".

Ahí se forjó Sharif que tiene muy claro que esa pasión de los inicios es la clave para tener una trayectoria: "Siempre se hace por vocación, todo lo que hagas por dinero está mal hecho, está podrido. No quiero decir que no puedas ganar dinero de tu música que me parece digno y legítimo pero no puede ser el objetivo de hacer música", asevera el artista que pone un ejemplo muy claro: "Ayer hablaba con unos amigos de Kase.O, que es el paradigma de lo bien que escribe y de lo bien que le va. A mí, que él haga un concierto y gane los euros que gane, no me va a molestar porque se lo ha ganado y lo hace superbien".

Sharif no se cierra las puertas a ninguna música aunque sí reivindica la dificultad de hacer rap: "Creo que tiene mucho que envidiarle a muchas músicas pero a la vez pienso que el despliegue lírico del rap hace que sus letras sean las más difíciles de todos los géneros musicales. Un rapero, para hacer una canción, tiene que escribir una cantidad de versos... Seguramente que con lo que escribe un rapero en una canción, la mitad de los artistas de cualquier género se harían un disco entero..."

Sharif es un nombre más salido de la prolífica cantera zaragozana del hip hop, aunque asegura que él no tuvo esa percepción durante sus inicios: "No he sentido esa especie de halo mágico en torno a Zaragoza, yo lo sentía más bien alrededor de artistas puntuales como Violadores del Verso, Rap'susklei, que además eran amigos míos", comienza su explicación el cantante que, sin embargo sí reivindica la ciudad: "Hay una comunidad en Zaragoza, en la que competimos pero a un nivel muy humano, en las letras. Luego te bajas del escenario y no hay malos rollos, todos nos conocemos... Empezamos siendo cuatro gatos en este colectivo y hemos sido los que hemos evolucionado y está claro que si te juntabas en las mismas calles, luego te vas a llevar bien porque hemos crecido juntos. En Zaragoza hay una comunidad muy pura, auténtica, muy sana y de respeto por los demás. En otras ciudades hay más envidia".

Es por eso que el artista allá donde va se quita el sombrero por "Violadores del Verso, Rap'susklei... Como dijo Newton, si yo he llegado ahora más lejos que los demás, no es porque haya sido más listo sino porque me he subido a un club de gigantes, Newton", sentencia el zaragozano que, en su nuevo disco ha hecho una canción en la que, explica, "hablo de todos los MC de Zaragoza como homenaje..."

Algo que ha gestado durante estos años en los que decidió apostar por el rap: "Antes era mi pasión pero no dejaba de ser un hobby hasta que decidí apostar por él", concluye Sharif, que se declara "muy familiar" y por eso insiste en saludar a su familia, "mi madre, hermanos y sobrinos".