NUEVA PÉRDIDA PARA EL ROCK DE AUTOR ESTADOUNIDENSE

Fallece a los 39 años el prolífico cantautor Jason Molina

El artista murió el sábado después de librar una larga batalla contra el alcoholismo

NANDO CRUZ

La muerte del cantautor estadounidense Jason Molina no era, en absoluto, una noticia esperada. Y sin embargo, tampoco habrá cogido por sorpresa a su público. En el 2009, el de Ohio había aparcado las giras para combatir su adicción al alcohol. En los últimos tres años estuvo ingresado en distintas clínicas de rehabilitación y en el 2011 sus familiares habían solicitado ayuda económica a sus seguidores para poder sufragar los costes del tratamiento, pues Molina carecía de seguro médico y había dejado también de grabar discos. Finalmente, murió el pasado sábado. Tenía 39 años.

Como Vic Chesnutt, fallecido en diciembre del 2009, Molina pertenecía a aquella generación de artistas de final de la década de los 90 que regeneraría la canción de autor estadounidense. Descubierto por Will Oldham, en tres lustros editó 18 álbumes y una veintena de singles y epés en los que conectaría la canción de autor con el legado eléctrico de Neil Young, su principal referente.

Jason Molina ridiculizó el término prolífico, pues entendía el oficio de compositor como una actividad sin descanso. Y es que, más allá de su inmensa e intensa discografía, quedan infinidad de canciones que componía tanto en casa como en plena gira. Eran canciones que se le podían ocurrir mientras la furgoneta repostaba en una gasolinera, que memorizaba como podía y luego enseñaba a su banda para tocarlas esa misma noche. Si la canción era especial, tal vez acabase en un disco. En caso contrario, solo la habría escuchado el público de esa ciudad. Cada concierto era único, pues se nutría, en parte, de melodías y versos nacidos a lo largo del día. Era un cantautor en permanente bucle compositivo. Molina visitó España por última vez en octubre del 2009 con su banda de entonces, Magnolia Electric Co. Sería también su última gira.

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