"La realidad está bien pero hay que ir más lejos porque el cine costumbrista está al borde del agotamiento. Como decía Buñuel, hay que inventar cosas nuevas, utilizar la imaginación". Muy dicharachero, el aragonés Carlos Saura aseguró, horas antes de recoger el Simón de honor, que estaba "agradecidísimo y muy contento" de recibir un galardón "que si me lo hubieran dado en otro sitio, igual no iba a recogerlo. Aunque no lo voy diciendo a todas horas porque no me gusta ser excesivo y no presumo de ello, siempre me he sentido aragonés".

Saura desveló que tiene en mente realizar un documental sobre la jota, como ya hizo con el flamenco, el tango y el fado, en colaboración con Berna para "trascender su parte folclórica e ir más allá, hay que darle otra dimensión para rejuvenecerla, modernizarla y actualizarla". El director, que aseguró que el proyecto "estuvo a punto de salir hace cuatro años pero al final falló la financiación", lo calificó como su "gran sueño".

BUENAS IDEAS El veterano director, que cuenta con más de cuarenta películas a sus espaldas, aseguró que no se puede buscar la excusa de la situación actual para que no haya buen cine ya que cuando él empezó en 1959, "más que difícil era imposible y aquí estoy". Y es que, reivindicó, "se puede hacer una película maravillosa con una cámara y dos actores, pero para eso hay que tener buenas ideas". A su juicio, el problema fundamental de hoy en día es que "los jóvenes no tienen suficiente base técnica y, sobre todo, la distribución". El resultado es, según denunció, que se hacen cintas con "temas muy costumbristas, de andar por casa y el cine si no es una aventura, no es nada".

En ese sentido, el cineasta llamó a asumir que "el cine ha cambiado y lo hará más. Hay que olvidarse de las salas de proyección porque allí solo se verán algunas pocas películas".

El aragonés, además, se mostró muy "escéptico" con que finalmente salga 33 días, una "película preciosa" sobre Picasso que él va a dirigir y que está "a la espera de la financiación".