Cada ciudad suena de una forma. Al menos así lo afirma Florian Tuercke, quien ha recorrido decenas de ellas tratando de captar sus ruidos para transformarlos después en música. Y Zaragoza, ¿a qué puede sonar? Es fácil de adivinar, a Cierzo. "Una de las primeras cosas que me sorprendió fue la fuerza del viento, está claro que en el resultado final de la composición el viento tendrá mucha influencia", comentaba ayer con rotundidad este artista alemán.

Un día, según cuenta Tuercke, escuchando el tráfico en la ciudad alemana de Hildesheim descubrió que los sonidos urbanos, "que procedían de muchas fuentes distintas", interactuaban hasta formar una composición musical. Inició así un periplo por distintas ciudades que le llevó a Estados Unidos, pasando por 27 urbes desde Philadelphia a San Francisco captando el bullicio de cada una de ellas. Y es que, como reitera, "cada una tiene su propio sonido" y en él influye desde cómo conduce la gente, a la estructura urbana, "pues no son lo mismo las percepciones en un cruce de calles que una rotonda; si hay metro o si, como en Zaragoza, hay una importante cantidad de transporte público de superficie, como los autobuses o el tranvía".

Así, con esta materia prima, Florian Tuercke trata de convertir "estos ruidos que suelen resultar estresantes a la gente, en una melodías relajantes". Para ello utiliza un sistema por el cual unos micrófonos captan los sonidos urbanos y los transmiten en forma de vibraciones a unos instrumentos que él mismo ha fabricado, donde las distintas frecuencias de estos ruidos activan una especie de cuerdas de guitarra que llevan en su interior convirtiéndolos así en música. Después, une y edita los sonidos recogidos por cada uno de los micrófonos-instrumento, transformando la contaminación acústica en una composición musical.

Esta experiencia, denominada Urban Audio, fue la ganadora el año pasado del concurso Paseo Project, impulsado por la fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento, lo que le dio la oportunidad de poder poner en práctica esta experiencia en la capital aragonesa. De esta forma, ayer, Florian Tuercke instaló en la Plaza Aragón su laboratorio, que transporta en una furgoneta, y así lo irá haciendo a lo largo de esta semana en distintos lugares de la ciudad, para ir cargándose de la notas emitidas por el eco de la vida cotidiana en la capital aragonesa. Además, del 23 al 26 de abril, ofrecerá unos talleres al público para mostrar cómo funcionan estos instrumentos plagados de tecnología --que él mismo ha construido, por lo que podríamos hablar de un luthier del siglo XXI--, y para que la gente colabore en la captación de los ecos de sus lugares favoritos.

Sonidos en directo

Una exposición de estos instrumentos en el Centro de Arte y Tecnología Etopía, el día 26; y el concierto final de Urban Audio en el mismo espacio, el día 27, pondrán punto final a la experiencia. Eso sí, aquellos que por impaciencia no puedan esperar hasta esa fecha, pueden acercarse cada día, de 16 a 19 horas, allá donde vean aparcada la furgoneta-laboratorio de este artista y conocer, en directo, gracias a unos auriculares, cómo suena hoy su ciudad. Y decimos hoy, porque como señala Tuercke, "los sonidos urbanos están en permanente cambio y es muy probable que en 10 ó 15 años estos sean muy diferentes, debido, por ejemplo, a los cambios en los motores de los coches, que ya no serán de gasolina".