Cuatro días antes de estrenarse, La gran familia española recibió "un regalo", la de ser preseleccionada a los Oscar. "Personalmente es un reconocimiento de la industria y de los compañeros y sirve para coger confianza y, además, anima a la gente a ir al cine", aseguró ayer Daniel Sánchez Arévalo, director de la película, que asistió ayer en Zaragoza a la primera sesión del curso del ciclo La buena estrella. Junto a él, los protagonistas, Patrick Criado y Arancha Martí (los jóvenes que deciden casarse justo cuando se celebra la final del Mundial que ganó España con gol de Iniesta); y el productor, José Antonio Félez.

El título es "lo que mejor define la película, explicó, ya que, explica que durante el Mundial "fuimos una gran familia, había una sensación de catarsis colectiva", reconoce el director. Es en esa fecha cuando dos jóvenes deciden casarse, dos debutantes como protagonistas, Criado y Martí. "Mi obsesión en el cásting era que tuvieran la edad, incluso son más jóvenes, para que aportaran frescura ante esa gran experiencia que es una boda y que la película fuera también su primera experiencia", aseguró Sánchez Arévalo.

Patrick Criado reconoció que al principio pensé que "me había tocado la lotería" con el guion; mientras que Arancha Martí creía que "me venía muy grande". Sin embargo, él que estaba "muy nervioso", pronto "me sentí arropado y fue una experiencia muy buena"; mientras que ella señaló que el rodaje fue "muy familiar". Entre ellos hay "química y eso se nota".

En cuanto a la taquilla, Félez aseguró que el fin de semana del estreno fue la segunda y el martes la primera. "En cifras relativas fue excelente pero en absolutas no muy brillantes porque la recaudación es baja". Además, reconoció que el hecho de llamarse española, les ha restado al principio espectadores en Cataluña y el País Vasco. Pero las buenas críticas "ha hecho que vayamos remontando", reconoció.