Como ya viene siendo tradicional, la comparecencia de los productores audiovisuales (FAPAE) en el Festival de San Sebastián se ha convertido en un valle de lágrimas. Con una caída del empleo del 12%, el mundo audiovisual está, según el presidente de FAPAE, Joxé Portela, sobreviviendo a duras penas a un tsunami que amenaza con cargárselo. En lo que va de año, la recaudación en cines ha bajado en un 13,5% y los espectadores, en un 15,8%. Si hablamos específicamente de cine español, los datos tampoco invitan al entusiasmo. Las películas made in Spain ha conseguido recaudar un 18% menos en taquilla que en el 2012 mientras que los espectadores han caído en un 20%.

La industria no se mueve tanto como otros años. Cada vez hay menos rodajes. Desde enero y hasta ahora se han rodado 92 películas españolas, lo cual supone una bajada del 28% si lo comparamos con el 2012. Además, más de la mitad de los filmes que se realizan ahora tienen un presupuesto inferior a un millón de euros. Lo que parece que sí funciona es la venta al extranjero de producciones españolas. En el 2013 las ventas internacionales de todo tipo de producción audiovisual (tanto cine como televisión) han aumentado en un 13,2%.

El presidente de los productores aseguró que todo está ya hablado y acordado con el ministerio de Cultura para emprender una reforma del cine español en lo que se refiere al modelo de financiación. Ahora lo que falta es que exista voluntad política de sacarlo adelante. Es decir, que el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro (un hueso duro del roer para el mundo del cine) lo acepte. El nuevo modelo de financiación se basaría en exenciones fiscales para los productores, así como en copiar ligeramente el modelo francés, donde el cine local se financia, en parte, con la taquilla del cine de Hollywood.