Dar a conocer una de las joyas mudéjares del arte español y del gótico europeo de finales del siglo XIV es el objetivo del libro "El altar-relicario del Monasterio de Piedra", escrito por el investigador Herbert González Zymla.

Este trabajo monográfico, coeditado por la Institución Fernando el Católico (IFC) y por la Real Academia de la Historia (RAH), pretende difundir esta joya del citado cenobio zaragozano, que se encuentra, desde 1851, en la institución académica y que no es conocida por gran parte de la opinión pública aragonesa, según ha explicado en la presentación el director de la IFC, Carlos Forcadell.

"No tiene sentido que la obra vuelva aquí", ha dicho en referencia a la Comunidad aragonesa, pero sí se trata de hacerla "más accesible al público" y ésa es la finalidad del libro cuya elaboración partió de la iniciativa del conservador de la RAH y coordinador de la edición del libro, Martín Almagro.

El también anticuario de la RAH ha expresado su satisfacción por la colaboración entre instituciones, que ha permitido la realización de esta monografía sobre una de las piezas "más significativas" del gótico dado que aúna la tradición iconográfica islámica del mudejarismo con el mundo de la tradición cristiana y representa una conjunción de la historia española en ese momento.

El altar relicario fue recogido de un pajar paridera y hoy, una vez recuperado, es un tesoro del patrimonio histórico español, ha insistido Almagro, quien ha desvelado que el libro es fruto de más de diez años de trabajo del investigador Herbert González, quien ha hecho "un gran trabajo, gracias al cual esta obra tiene una monografía a su altura".

El libro tiene 600 páginas de texto y más de cien ilustraciones y es la primera parte de tres obras dedicadas al cenobio zaragozano, la segunda de las cuales se dedicará a la documentación y la última analizará la historia general del Monasterio de Piedra, todas ellas a cargo de Herbert González.

Por su parte el autor ha explicado que el libro ya editado se divide en tres partes que analizan la historia de la reliquia y los mecenas y personas que contribuyeron a su construcción, como Martín I el Humano, los príncipes de Aragón y el abad que gobernaba el cenobio.

Una segunda parte estudia la iconografía del retablo relicario y sus peculiaridades, como los ángeles músicos que revelan como era esta materia artística en el siglo XIV.

En una tercera parte se analiza la identificación "de las posibles manos que trabajaron en el relicario", donde destaca el hallazgo de una firma encriptada de uno de los hermanos Leví que trabajaron en la catedral de Tarazona.