AUTOPSIA A LA VERDAD

AUTORA Arrate Gallego

EDITORIAL

Eclipsados

PÁGINAS 163

La jornada dominical de caza de cuatro amigos termina de manera trágica con la muerte de uno de ellos por un disparo de escopeta. Con este planteamiento comienza Autopsia a la verdad (Eclipsados), novela de Arrate Gallego. Poco a poco se va haciendo evidente que lo que en un principio parecía una muerte accidental no lo es tanto, y el desenmarañamiento de este misterio constituye la trama.

La novela se integra a la perfección en esa corriente muy en boga de novelas policiales en las que se presta una particular atención al personaje que lleva a cabo la investigación criminal; en este caso, el inspector Arias, asistido por el subinspector López. Junto a ellos, la descripción de las acciones del resto de personajes involucrados en el caso, junto con sus reacciones y relaciones, construyen el camino por el que se mueve el investigador encargado de desvelar la intriga.

En ese sentido, la autora es particularmente meticulosa en sus descripciones: los primeros capítulos de la novela, por ejemplo, narran las horas posteriores al disparo que terminará con la vida de Juan Cid con exhaustivo pormenor. Del mismo modo, cualquier diálogo entre los policías que investigan esa muerte se puntea con detalles muy precisos, y lo mismo puede decirse de sus interrogatorios y pesquisas.

Quizá ahí radique uno de los puntos débiles de la novela, cuyo ritmo resulta algo desigual y que se acelera desacompasadamente en su tramo final. Es esta una objeción, no obstante, que no le resta mérito al desarrollo de la obra, que va llevando al lector hasta la mismísima última página, en la que por fin se atan todos los cabos.

Puestos a sacarle peros a la novela, tal vez haya que señalar que su título resulta bastante poco atractivo, a pesar de que resulte muy honestamente descriptivo.