Exposición de la semana

Ese raro Ramón Acín

POR CHUS TUDELILLA

TÍTULO: Ramón Acín. Geometría del hombre sin aristas

AUTOR: Ramón AcínLUGAR:

Museo de HuescaFECHA:

Hasta el 12 de enero de 2014De los textos que se han escrito sobre Ramón Acín (Huesca, 1888-1936) siento especial predilección por la crónica Las Pajaritas de Antonio Saura. "En realidad, escribió Saura, he conocido a Ramón Acín por amor a una escultura. Esta escultura se convirtió en fetiche infantil, símbolo del perdido jardín de las delicias, icono fijado para siempre en la fervorosa nostalgia, resumidor incluso del sensual vuelco de la mirada. Desde mi infancia, este monumento ha permanecido en la memoria como un símbolo de mi ciudad natal, como un espacio feliz y central cuyo recuerdo se impregnó más tarde, en el conocimiento de la historia, de un contenido trágico".Los ecos de aquella imagen quedaron fijados en el título que Saura eligió para su mural en la Diputación de Huesca, Elegía, en su doble acepción: placentera, por ser un canto energético al origen y a la modernidad; y como lamento doloroso por la pérdida del paraíso infantil presidido por el castillo luminoso de Ramón Acín."Ese raro Ramón Acín", al decir de Ramón Gómez de la Serna, vuelve a reaparecer hoy en la exposición Geometría del hombre sin aristas en el Museo de Huesca, para celebrar el 125 aniversario de su nacimiento. A Víctor Pardo corresponde la organización de los apartados que, salvo excepciones, muestran obras ya conocidas procedentes de la colección del Gobierno de Aragón depositada en el Museo de Huesca, y de colecciones familiares: Álbum de familia --que toma la idea ya presentada en Signos de la imagen--, Varetas de baulero --en alusión a los marcos de sus obras sobre cartón--, Pedagogía de la libertad, Sublevación de Jaca, La lotería de 1932 y Entre el céfiro y el aquilón.Ocurre, sin embargo, que la personalidad polifacética y multifocal de Ramón Acín es tan rica que por muy amplia que sea la selección de pinturas, esculturas, dibujos, fotografías, escritos y documentos, sentimos, como con ningún otro autor, que se nos escapa lo que mejor le define: la profundidad humanista de su espíritu íntegro, creyente, por encima de todo, en el valor de la educación y en la capacidad del ciudadano para actuar en la vida pública. Qué fuerte hubiera sonado su voz, tan lúcida, en estos días.El 6 de agosto de 1936, hacia las once de la noche, apagaron su voz en las tapias del cementerio de Huesca. Pero no su legado, que sus hijas, huérfanas también de madre --que a Conchita Monrás la fusilaron el día 23 de aquel mismo mes--, supieron preservar oculto en el silencio que todavía hoy perdura. De vez en cuando, Acín reaparece e ilumina

Las Pajaritas

Elegía

Geometría del hombre sin aristasÁlbum de familiaSignos de la imagenVaretas de bauleroPedagogía de la libertadSublevación de JacaLa lotería de 1932Entre el céfiro y el aquilón

Las pajaritas

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