Brandon Sanderson (Lincoln, Nebraska, 1975) es el Kilian Jornet del género fantástico. Se hizo famoso rematando la trilogía La rueda del tiempo del fallecido Robert Jordan, se acerca ya a la treintena de libros escritos sin que su calidad desfallezca y se ha embarcado en cuatro series distintas (Nacidos de la bruma, La guerra de las tormentas, Reckoners y Rithmatist), en las que la fantasía se roza con la ciencia ficción o los superhéroes, que publica o publicará Ediciones B.

--¿Cómo lo hace?

--Me gusta mucho escribir y cuando tengo tiempo libre, aparte de jugar a videojuegos o ver películas, escribo. Y no es que sea muy rápido: es que escribo diez horas al día.

--Como otros escritores del género, tiene una relación muy fluida con sus lectores vía internet y convenciones.

--Los escritores de mi generación hemos crecido con internet. Debemos tener mucha comunicación con nuestros lectores. Antiguamente, los artistas tenían mecenas que les permitían poder dedicarse a su trabajo. Hoy los mecenas son nuestros lectores. Nada les impide que pillen en internet una copia pirata. Y en lugar de hacerlo, compran nuestros libros. Nos dan su apoyo. Siento que es justo que se lo agradezcamos.

--¿Qué relación hay entre el juego y sus libros? Escribió Infinity blade, en Steelheart los personajes tienen poderes y niveles como en un juego de rol...

--Crecí con los videojuegos. Compré mi Nintendo en 1986. Juego a juegos de rol. Mi juego favorito es Magic. El gamer es parte de mí. Los juegos influyen en cómo pienso mis historias. Pero los libros me permiten centrarme en las emociones de los personajes.

--Usted ha defendido que la fantasía es un género que debe crecer y madurar. ¿Lo está consiguiendo?

--Sí. Tolkien escribió el primer libro de fantasía épica y nos hemos pasado 20 o 30 años tomándolo como referencia. Solo en las dos últimas décadas la fantasía ha empezado a salir de la sombra de Tolkien, a crecer como un género adulto.

--Pero muchos autores aún están peleándose con Tolkien. Martin, con cinismo y crueldad en lugar de idealismo, Rothfuss con mujeres y juglares en lugar de reyes y guerreros...

--Es una manera lúcida de analizar lo que están escribiendo. Intentan darle otro rumbo a libros que siguen siendo en cierta forma tolkienianos. Lo que intento hacer yo es buscar qué mundos aún no ha mostrado la fantasía. Llevar la fantasy más allá. Quiero construir mundos de ciencia ficción en los que suceden historias de fantasía, no mundos medievales. Quiero hacer fantasía con fundamentos científicos, basada en principios físicos que cuando se rompen hacen aparecer la fantasía.

--Aquí entran las tres leyes Sanderson de la magia. Un poder conlleva aún más limitaciones...

--Intento que mis libros tengan historias sólidas y sistemas mágicos sólidos. Con lógica interna. Y mis personajes son más fuertes si tienen que superar esas limitaciones.

--Con El camino de los reyes, inicia una saga de 10 libros. ¿Tantos? ¿Y no requiere una larga curva de aprendizaje?

--Era el gran libro que soñaba escribir desde que era joven. Tardaré 16 años en acabar la serie. Y, sí, es una serie para verdaderos amantes de la fantasía épica. Para empezar con mis libros sugiero, a quienes no lo sean tanto, mi serie Nacidos de la bruma.

--Sus series suceden en mundos distintos de un universo. ¿Qué es Cosmere?

--Me influyó cómo Asimov conectó, al final de su vida, su serie de la Fundación y la de los robots. Pero había incoherencias. Yo quise hacer esto desde el principio, que 34 de mis libros acabasen conectados.

--¿Su último libro en España, Steelheart, también forma parte?

--No, este es diferente.

--¿Quiere subvertir el género de los superhéroes, con este mundo en el que parece que solo hay supervillanos?

--Como Kingdom Come o Watchmen intento mantenerme dentro del género pero darle un giro. En este caso, qué sucedería si solo gente perversa tuviera superpoderes. Porque el poder absoluto corrompe absolutamente.