Los estrenos de la semana

¡Qué pena de autónomos!

Jason Bateman, Jason Sudeikis y Charlie Day se convierten en empresarios por cuenta propia en 'Cómo acabar sin tu jefe 2' Jennifer Aniston repite como dentista libidinosa

¡Qué pena de autónomos!

¡Qué pena de autónomos!

BEGOÑA ARCE

Llegan a los cines con la Navidad, tiempo de comedias optimistas y de risas tontas. Nick (Jason Bateman), Kurt (Jason Sudeikis) y Dale (Charlie Day), el trío de inútiles de Cómo acabar con tu jefe, retornan después de aquel primer éxito en taquilla. En esta ocasión, decididos a escapar de las garras de sus respectivos negreros, los tres amigos dejan sus respectivos y miserables trabajos para montar un negocio propio. La apuesta es vivir sin soportar a ningún jefe, gracias a la ducha que han inventado, para clientes que nunca saben dónde han puesto el champú. "Están convencidos de que lo pueden fabricar y ponerlo en el mercado por su cuenta", señalaba Jason Bateman en Londres, durante la presentación de la cinta. Pronto descubrirán que el mundo del empresariado autónomo también está lleno de trampas y el entusiasmo no basta. La compañía caerá en las garras de un inversor sin escrúpulos y ellos acabarán desplumados y en bancarrota. Para recuperar el control del negocio, los tres deciden raptar al hijo del inversor (Christoph Waltz), que es un elemento patológico de mucho cuidado.

En Cómo acabar sin tu jefe 2, Nick, Kurt y Dale están arropados por el poco fiable Dean MF Jones (Jamie Foxx), espectacular con el cráneo tatuado, al que acudirán buscando asesoramiento criminal. En la historia cobra mayor protagonismo la doctora Julia Harris (Jennifer Aniston), la antigua jefa de Dale. La dentista libidinosa adicta al sexo no pierde oportunidad de poner una pica en Flandes, organizando reuniones muy especiales de terapia de grupo.

Histérica y divertida

"En la primera película, mi papel era muy divertido pero un poco corto. Necesitaba más recorrido", declaró la actriz. Su personaje resulta ser "una mujer un poco histérica y muy divertida. Es alguien que no ve nada extraño en su comportamiento. Se acerca al sexo como un chef cuando decide que va a preparar una comida estupenda. Para ella es algo muy normal lo del sexo, una especie de deporte". Aniston aseguró que le costó decir algunas frases del guion, especialmente procaces y chocantes, un lenguaje más propio de algunos hombres cuando están juntos en el bar, bebiendo cerveza y hablando de mujeres. "Yo soy uno de los tíos", afirmó Aniston, "soy más hombre que estos tres tipos juntos". Soltar todo aquello por su boca fue más divertido, porque es "sencillamente un lenguaje muy distinto al mío", puntualizó.

La experiencia de Waltz

En la vida real sin embargo su compañero Christoph Waltz reconoció haber tenido algún jefe en la industria cinematográfica bastante impresentable. "Son los productores que no creen que hacer una película es una colaboración, que tratan de imponer su propia agenda y su horrible sentido del humor", declaró sin dar nombres.

Alguna de las mejores escenas de un filme, que solo pretende hacer pasar el rato, son las protagonizadas por Kevin Spacey, el antiguo y malvado jefe de la primera entrega, ahora en la cárcel. Desgraciadamente el encierro reduce su presencia a casi un cameo y se desaprovechan sus estupendas cualidades como villano.

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