"Mucha gente piensa que la papiroflexia es un juego de niños", explicó ayer Wendy Zeichner, la presidenta del grupo denominado OrigamiUSA, en su visita al Museo Origami de Zaragoza. Sin embargo, "el origami tiene múltiples aplicaciones, entre ellas la construcción de teorías científicas. Todo lo que conocemos, desde nosotros mismos hasta la arquitectura, está hecho de pliegues", indicó entusiasmada la estadounidense.

Y es que para muchos --entre ellos para los 18.000 miembros que componen OrigamiUSA-- el arte de plegar papel va mucho más allá, y de ahí su "impresión" ayer al visitar el museo zaragozano que calificaron como un "auténtico museo del origami" y del que pretenden tomar ejemplo para construir uno similar en Nueva York.

Junto con Zeichner; Beth Johnson y Anne Lavin, unas de las mejores creadoras de OrigamiUSA; el editor Brian Webb; la profesora Kathleen Sheridan; Daniela Carboni y Alessandra Lamio, miembros del grupo italiano CDO; el creador de teselaciones Alessandro Beber; y el creador francés Nicolas Terry, estuvieron presentes en la visita al Museo Origami de la capital aragonesa.

"Me ha gustado especialmente la explicación de la historia de la papiroflexia y la diferencia de este arte en Oriente y Occidente", expresó la italiana Alessandra Lamio. Por su parte, su compatriota Alessandro Beber señaló que en Zaragoza "puede verse lo mejor del origami", aunque opinó que "la sociedad todavía no es consciente de lo que se puede llegar a hacer con este arte".

La visita de estos amantes de la papiroflexia no fue un recorrido al uso. Sirvió para intercambiar ideas entre creadores, aunque tampoco se olvidaron de captar imágenes con sus móviles. "Es que esto es un arte, solo lo puede hacer él", explicaba, refiriéndose al creador Gache Papier, un español al resto de compañeros. "¿Es tan complicado como parece?", preguntaba otro. "No tanto, la base es como cuando haces un pez", concluyó este.

La estadounidense Wendy Zeichner, además de mostrarse "super impresionada" en su primera visita al Museo Origami, aseguró que para "sus amigos" estadounidenses, como Beth Johnson, "es muy importante exhibir aquí sus modelos".

Un ejemplo internacional

Para ella, este museo zaragozano es un "ejemplo" para poder realizar su "sueño", que es crear uno similar en su país, en el que se puedan acoger convenciones internacionales, exposiciones, cursos y un hotel, un proyecto monumental que todavía no se ha llevado a cabo porque "requiere muchísimo dinero". Por su parte, su compañero Brian Webb manifestó un "ojalá" a la puesta en marcha del proyecto, ya que le pareció "increíble la presentación" y "la luz" del museo zaragozano, aunque también añadió que en Estados Unidos la papiroflexia "sí que es reconocida por la mayoría de la población como un arte".

Por otro lado, el presidente del Grupo Zaragozano de Papiroflexia, Jorge Pardo, aseguró que "no hay otro museo igual" como el de Zaragoza en España. Sin embargo, lamentó que "tengan que venir creadores de fuera para recordárnoslo".