Anna Turbau fue la encargada de abrir ayer la tercera jornada del Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín --concluye hoy-- con la ponencia La mirada de una fotoperiodista, en la que recordó los conflictos sociales, políticos y humanos con los que se encontró en Galicia en los años 70, pero sobretodo reivindicó la mirada femenina en el fotoperiodismo. Negarse a fotografiar a quien puso una bomba en la revista satírica El Papus le trajo problemas profesionales. Recordó cómo se trasladó en 1976 de Cataluña a Galicia, como colaboradora de las revistas Interviú y Primera plana, en unos años difíciles para cualquier mujer que quisiera iniciarse en una profesión cerrada al género masculino. Y cómo la presión política y policial la hizo regresar a Cataluña, donde se encontró una situación demoledora. Los compañeros que tenían cierto poder dentro de las redacciones de los periódicos marcaban pautas de control difíciles de asumir. Los castigos por no ceder a situaciones humillantes para la mujer hicieron que Anna Turbau se apartara del mundo periodístico durante unos años. Por la tarde se proyectó su documental La mirada de Anna donde se pudo ver la cara más reivindicativa del pueblo gallego. Los alumnos al seminario agradecieron poder conocer a una de las pocas fotorreporteras importantes que hubo en la Transición y cuya obra apenas ha sido divulgada.

Otro de los protagonistas de la jornada fue Juan Manuel Díaz Burgos, que habló de El territorio como obsesión y de su proyecto Lux Petrae, de documentos gráficos realizados en el Museo Teatro Romano de Cartagena.