La Fundación Caja Inmaculada inaugura mañana en la sala CAI Luzán --estará abierta hasta el 5 de diciembre-- una exposición de parte de los fondos de su colección, con obras de diez autores aragoneses. Está representada la espiritualidad, a través de las Puertas de Teresa Salcedo; las máscaras venecianas de Natalio Bayo; el juego con la naturaleza de Sergio Abraín; la belleza de la naturaleza, en Santiago Arranz; las falsas geometrías y los trampantojos, de Enrique Larroy; la belleza de la mujer, en Pascual Blanco; la abstracción lírica, de Pilar Urbano; el informalismo gestual, de Julia Dorado; la libertad, de José Luis Cano; y la soledad del hombre frente a la naturaleza, de Galanda.

Una de las novedades de esta muestra es que, la mayor parte de ellas, están a la venta, un total de 113, en la CAI Luzán; mientras que otras 49 se podrán comprar en otros espacios de la entidad en Zaragoza, Huesca y Teruel. El precio de cada obra es de 375 euros más IVA (453,75), pero si se compran dos o más, se hará el 21% de descuento. La exposición tiene además un componente benéfico, ya que todo el dinero recaudado irá a parar íntegramente a la Coordinadora de Centros y Servicios para Personas sin Hogar de Zaragoza, de la que forman parte el Albergue municipal, el Centro Social San Antonio, Cáritas, Cruz Roja, la Fundación La Caridad, el Refugio, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, la parroquia del Carmen y el Centro de Día San Blas.

PUNTO ROJO, VENDIDA

A partir de mañana (está abierta de lunes a sábado, de 19.00 a 21.00 horas), cualquiera podrá interesarse por una de las obras y comunicárselo a la guía de la sala. Entonces, se reservará (con un punto verde) durante 48 horas, hasta que el interesado presente el resguardo del pago, caso en el que el punto verde será rojo, como señal de que está vendida, aunque no se entregará hasta que finalice la exposición.

Se trata de un "proyecto especial cuyo valor más allá del meramente artístico", señaló ayer María González, directora de la Obra Social de la Fundación Caja Inmaculada, que presentó la muestra, junto a Antonio Abad, director del Servicio Cultural; Maribel Vergara y Ana Carmen Andrés, responsable y técnico, respectivamente de la Coordinadora de Centros.

La muestra comienza con un espacio en el que se incluye una obra de cada uno de los autores, para después, cada uno tener su espacio. Se ha seleccionado una obra grande de cada artista y junto a ellas, otras "menores", que son las que están a la venta. La colección --compuesta por alrededor de 2.400 piezas-- "no pierde valor como colección porque cada autor sigue representado", explicó González. Todas las obras pertenecen a los años entre 1993 y 2005, salvo alguna de Cano, que son anteriores. Son "pinturas originales, únicas y exquisitamente enmarcadas", de "firmas muy potentes" ya que hay tres premios Aragón-Goya, Dorado, Blanco y Bayo.

Las obras proceden de "encargos" que hizo la CAI a autores que exponían en sus salas y que estaban pensadas para "decoración de oficinas", explicó Abad; y que una vez que se han incorporado a Ibercaja (las obras no), se han recogido y "hemos redescubierto" unas piezas excelente. En otros casos, porque en la colección hay "reiteraciones expresivas" de algunos artistas y, actualmente, los recursos de la Fundación de la Obra Social "son limitados".