El arte de la encuadernación fusionada con el universo mágico de la papiroflexia llega a la Escuela Museo Origami de Zaragoza (EMOZ) a través de la exposición Libros en papel, que se podrá visitar hasta el próximo 19 de junio. Elena Sánchez, plegadora, y Eduardo Giménez, encuadernador, han decorado a cuatro manos las tapas de una selección de 22 libros con formas propias de la papiroflexia, según explicaron ayer en la presentación de la exposición en la EMOZ.

Se trata de una técnica pionera nunca antes utilizada en encuadernación que convierte en piezas únicas los libros, al incorporar en las tapas figuras geométricas o abstractas de papel plegado que sugieren mosaicos, flores, olas o dunas. "Los libros no son solo objetos de lectura, sino que pueden convertirse en elementos de diseño que merecen ser contemplados", apuntó Giménez. Dijo que son encuadernaciones delicadas que resultan en un objeto decorativo y de coleccionismo, más que en un útil de uso diario. Entre los diseños, pueden contemplarse desde grandes volúmenes que recuerdan a desiertos, jardines de loto o paredes de azulejos, hasta las típicas grullas y pajaritas integradas perfectamente en el diseño de los libros.

Los creadores, además, han querido afianzar el vínculo existente entre los libros expuestos y los diseños de sus portadas, por lo que han elegido obras cuya temática sea el papel. Esta relación entre el contenido de los libros y su tapa, resaltó Giménez, es muy obvia en ocasiones y resulta menos intuitiva en otras, pero siempre existe una vinculación que el espectador puede intuir. "El origami sugiere ideas. Muchas veces las relaciones entre la encuadernación y el libro son invisibles y hay que explicarlas, pero están ahí", matizó. En este sentido, el encuadernador recalcó que Sánchez y él también han intentado mantener una relación cromática entre la tapa original y la creada con papel plegado.

Entre las piezas que componen la muestra, destaca el tratado de origami Cómo plegar mil grullas" que integra en su tapa una de estas aves. Para la decoración, Giménez y Sánchez han empleado una amplia variedad de papeles de diferentes procedencias, calidades y gramajes, trabajados con técnica tradicionales, con el fin de conseguir de las piezas la mejor articulación para el libro y la mayor belleza posible. Además de la exposición Libros en papel, el museo ha cambiado todas las salas y ha incorporado a su colección habitual nuevos elementos, como vídeos o piezas de los fondos de la EMOZ que no estaban expuestas al público. Durante los próximos tres meses, podrá visitarse también una colección de esculturas cartonfléxicas, cuadros modulares retroiluminados y la muestra del Fondo Marino, que se mantiene.