La escritora británica J. K. Rowling compartió el viernes pasado en Twitter el contenido de dos cartas de rechazo que recibió de sendas editoriales cuando entregó una copia de la primera novela que escribió bajo el nombre ficticio de Robert Galbraith. La creadora de la exitosa saga del mago juvenil Harry Potter vendió unas 1.500 copias de esa primera novela escrita con seudónimo, El canto del cuco, publicada en el 2013, antes de que el dominical británico The Sunday Times destapara que era ella.

La nueva saga se centra en los casos que resuelve un peculiar detective privado, Cormoran Strike, y su sagaz y joven ayudante, Robin. El primero de esos libros fue el segundo para el público adulto que publicó la autora después de concluir la serie protagonizada por Potter. El primero fue Una vacante imprevista, que vio la luz en el 2012, esta vez firmado con su nombre.

Rowling asegura que no le mueve la "venganza" y que solo quiere animar a los aspirantes a escritor que pueden sentirse ignorados por los editores. Una de esas editoriales, Constable & Robinson, le dijo que "no podía publicar El canto del cuco con éxito comercial" y llegó a sugerirle que buscara "un grupo de escritores o un curso de escritura".

La segunda carta procede de Creme de la Crime, que explicó a la autora que, tras haberse fusionado con los editores Severn House, eran "incapaces de aceptar nuevas entregas por el momento".