Paco León (Sevilla, 1974) no puede vivir sin tres cosas: amor, sexo y humor. Ha juntado las tres en una coctelera y le ha salido 'Kiki, el amor se hace', simpática comedia "erótica-festiva" que indaga en las filias sexuales y que deja clara sus intenciones ya en la primera escena: una pareja echa un polvo y después ninguno de los dos se cubre pudorosamente el cuerpo con la sábana, como ocurriría en cualquier película.

'Kiki' -que se estrena el viernes- no es una película cualquiera. Es, en palabras de su director y protagonista, "un canto a la tolerancia. Una manera de dejar claro que hay tantas sexualidades como personas". Es, además, la confirmación oficial de que el hijo de Carmina Barrios se ha convertido en todo un director de cine, por más zozobra que le cause la expresión. "Soy solo medio director", confiesa el actor, que en el 2012 reclutó a su madre y jugó con los géneros en la sorprendente 'Carmina o revienta' y que dos años más tarde parió una secuela más oscura (y mejor): 'Carmina y amén'.

Es la primera vez que León no parte de una idea original. 'Kiki' es un encargo. Una producción de Vértigo para Telecinco Cinema, que define el filme de León como el más tierno, divertido y sexi de todos los que han producido (unos 80). Adaptación de una comedia australiana, 'Kiki' demuestra que en el sexo hay gente para todo. Los hay que se excitan viendo llorar a otro. Los hay que disfrutan con el roce de las plantas o envueltos en una situación violenta. Hay heterosexuales que descubren su bisexualidad. Los hay incluso que se ponen como una moto leyendo faltas de ortografía. Este último aspecto no está incluido en el filme, pero fue una de los casas que más le sorprendió a León durante su etapa de documentación, en la que, ataviado con una máscara de lucha mexicana, acudió a una fiesta organizada por una "asociación liberal" en Madrid.

MEDIO CINE ESPAÑOL

El antes conocido como Luisma de 'Aída' (Telecinco) ha tenido bajo su batuta a medio cine español. Belén Cuesta, Natalia de Molina, Ana Katz, Candela Peña, Álex García, Luis Callejo y Luis Bermejo son algunos de los actores a los que 'Kiki' les ha hecho abrir sus mentes. "Me considero una persona pudorosa, pero he aprendido a no juzgar y a querer investigar mi propio cuerpo, que, a veces, es un gran desconocido", reconoce Natalia de Molina, que fue, precisamente, quien le dio la idea a León de que su personaje "no se tapara las tetas" tras el "picantón" encuentro sexual con el que empieza la película. "Yo, en el terreno del sexo, no sé si he aprendido mucho. Pero, desde luego, como actriz sí lo he hecho. Suelo ir de intensa por la vida y Paco me ha hecho ver todos mis fallos. He sufrido mucho en el rodaje” , bromea Candela Peña, que da vida (y de forma brutal) a una mujer que se excita cuando ve llorar a su marido (Luis Callejo).

Puede que se resista colgarse la etiqueta de director, pero León admite que 'Kiki' tiene su marca. El estilo León. A saber: hacer que los actores trabajen sin guion y reivindicar la comedia "con texturas", con temas complejos y oscuros. "El sexo es como la muerte. Es algo que nos une a todos".

"Almodóvar es un genio. Yo hago experimentos"

Más pudoroso de lo que el público pueda pensar, a Paco León se le suben los colores cuando se le compara con Pedro Almodóvar. "Él es un genio. Y yo estoy aquí, haciendo experimentos", admite el actor y realizador sevillano, cuya fuente de inspiración a la hora de ponerse detrás de la cámara no son otros cineastas sino la realidad. En el caso de 'Kiki, el amor se hace', la realidad de muchas personas que quieren explorar su sexualidad pero se encuentran con el tabú de la sociedad (o de sus propias parejas). "Uno es honesto cuando habla de lo que sabe", explica León, que antes de conocer a su actual pareja (y madre de su hija) tenía novio. Así lo contó, con total naturalidad, en el programa de Bertín Osborne ('En tu casa o en la mía', TVE). "Se me ve como un provocador, pero en absoluto". Su película también refleja otra realidad que el realizador -vecino del bohemio barrio de La Latina- bien conoce: la de Madrid, una ciudad que tiene tanto de "pija como de cateta y provinciana".