El cine 'indie' toma Málaga con 'Zoe' y 'Callback'

Intensas dos últimas jornadas para la directora aragonesa Vicky Calavia en el Festival de Cine de Málaga, donde el martes presentó su documental María Domínguez. La palabra libre, galardonado ya previamente con la Biznaga de Plata Premio Mujer en Escena al Mejor Largometraje en su sección Afirmando los Derechos de la Mujer. Un premio que la autora zaragozana recogió ayer.

La película recupera la figura de María Domínguez, primera alcaldesa de la II República Española. María Domínguez Remón, nacida en Pozuelo de Aragón, en 1882, y fallecida en Fuendejalón, en 1936, fue la primera alcaldesa de la Segunda República Española (en Gallur, 1932). Ahora, Vicky Calavia rescata figura de esta mujer, que fue periodista, conferenciante y maestra, y autora del libro Opiniones de mujeres (1934), publicado por la Editorial Castro de Madrid y prologado por Hildegart Rodríguez.

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Un día después de proyectarse Gernika (película de empaque brutal en la que Koldo Serra ha manejado un presupuesto de seis millones), Málaga dio paso ayer al cine indie. El documentalista Ander Duque, bilbaíno de nacimiento y barcelonés de adopción, debuta como director de una película de ficción con Zoe, retrato de una madre soltera a la que la crisis deja sin hogar que rodó en siete días, sin equipo y con cero euros en el bolsillo. Sin sonidista ni iluminador ni ayudante. Solo él y la cámara. Mientras, Carles Torras (Barcelona, 1974) dirige una película de guerrilla aunque de presupuesto medio y con ayuda de TV-3. Rodada en inglés y bajo el sello de su propia productora, Callback es el interesante y desasosegante retrato de un sociópata que vive en Nueva York, ciudad dura y cruel. Ambos, además de presentar sus películas, buscaban por los pasillos del festival algún distribuidor. Merecen encontrarlo.

Zoe habla de España, de la crisis, el paro, las dificultades para dar de comer a tu hija. Es cine social, pero apolítico, sin lamentos ni panfletos. La protagonista (Rosalinda Galán, la única actriz profesional) busca desperadamente trabajo como camarera en un pueblo andaluz. A falta de casa propia, busca techo entre familia y amigos. A falta de un filete, para cenar pone pipas o castañas. No quiere que su hija se dé cuenta de la precariedad, así que convierte la realidad en un cuento, lo que hace que el tono de Zoe no sea lastimero. El lamento, dice el cineasta, provoca rechazo. "Si hubiera ido a un productor con esta historia, me habría dicho que no. Así que la hice solo. Sin presupuesto ni guion, solo con un esquema argumental", explica Duque.

EL SUEÑO AMERICANO

Entre las competidoras de Zoe está Callback, con la que Torras --conocido en Málaga (Open24, Trash)-- debería tener un hueco en el palmarés. Más propia de un festival como Sitges, es un thriller atípico que nació después de que el director pasara un tiempo en Nueva York, ciudad tan fascinante como terrible. Inundada de símbolos del sueño americano y con estallidos de violencia que hacen que el espectador se revuelva varias veces, muestra a un aspirante a actor con la mirada perdida que se gana la vida como mozo de mudanzas y busca huecos libres para acudir a la iglesia evangélica, de la que Torras sabe bastante (realizó el documental American Jesus).

Con ecos de Taxi Driver, es el descenso a los infiernos de un hombre que no encaja en la sociedad. "Tiene una personalidad disfuncional, pero también un lado soñador", afirma el cineasta sobre el protagonista, al que da vida una actor chileno de voz poderosa: Martín Bacigalupo.