LA GIRA 'NOCTURNAL', EN EL PRÍNCIPE FELIPE
Amaral brilla en la noche
El dúo zaragozano encandiló al público de su ciudad con un concierto vibrante y un montaje espectacular

Amaral brilla en la noche
EL PERIÓDICO
Que el público aragonés tenía ganas de volver a encontrarse con Amaral quedó ayer más que patente. Y no solo por el magnífico aspecto que mostraban las gradas del Príncipe Felipe --por la mañana se habían vendido 6.500 entradas, pero por la tarde la organización hablaba de unas 8.000--, sino porque ya desde media tarde, en los aledaños del pabellón había grupos de jóvenes esperando con ganas que abriesen las puertas "para estar lo más adelante posible".
Así que, jugando en casa y con un público entregado desde el primer momento, la victoria estaba cantada y por aplastamiento. Y más cuando se juega en Primera División, como lo hace el dúo zaragozano, que presentó las canciones de su gira Nocturnal envueltas en una escenografía espectacular, con una luna creciente sobre la que se proyectaban imágenes y que impactó en el público.

Amaral brilla en la noche
Pero si además, el artista se sabe ganar la complicidad de la gente, el éxito está más que asegurado. Y cuando apenas habían sonado tres canciones, Eva comentaba que "he estado nerviosa, histérica, antes de salir; no paro de mover el micro. En realidad es la ansiedad y las ganas por tocar ante la familia y los amigos. Porque queremos disfrutar y daros los mejor encima del escenario". Y todo se vino abajo. O arriba. Y es que si ya con su salida a escena, interpretando Unas veces se gana y otras se pierde, uno de los temas del nuevo disco, para dar paso a Revolución, en la que las imágenes de revoluciones históricas aparecían en esa luna de ensueño, a partir de esas palabras todo se precipitó hacia algunos de los temas más conocidos del grupo: Salir corriendo, Sin ti no soy nada, Días de verano, que cantó al unísono todo el pabellón, Hoy es el principio del final y una versión al teclado de Marta, Sebas, Guille y los demás, también cantada por todo el público.
Con el teclado o con su inseparable armónica, con rabia roquera a veces y ternura en otras, y, sobre todo, acompañada por el sonido inconfundible de la guitarra de Juan Aguirre, Eva Amaral demostró a sus paisanos porqué está considerada una de las mejores voces del panorama nacional y con sus temas pegadizos y al mismo tiempo reivindicativos, porqué ha conseguido calar tan hondo a tanta cantidad de gente.
Eva y Juan, claro, no estuvieron solos sobre el escenario. Les acompañaron Tomás Virgós (batería), Toni Toledo (guitarra) y Ricardo Esteban (bajo), para desgranar un amplísimo repertorio que se acercó a las dos horas y media en el que no faltaron tampoco El universo sobre mí Estrella de mar, Como hablar, La ciudad maldita y así hasta caminar Hacia lo salvaje para dejar en la retina una noche de luna resplandeciente e inolvidable.
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