Javier Espada sorprendió a última hora de la noche del martes con una carta que envió a la Fundación del Centro Buñuel de Calanda en la que renunciaba a su labor como director del espacio así como del festival por "una serie de hechos que constituyen una grave injerencia de la fundación en mi labor". El conflicto, aunque "viene de lejos" tal y como reconoció ayer el propio Espada, estalló con la preparación del festival 22 x Don Luis de este año ya que el hasta ahora director considera que la fundación ha mostrado "absoluto desprecio" hacia su trabajo.

VISIONES DIFERENTES El patronato, al que este año al ayuntamiento de la localidad se le han unido el Gobierno de Aragón, la DPT, la comarca y la Caja Rural de Teruel, no aceptó su propuesta en su totalidad y le contraofertó otra programación. "Esto es un festival de cine de autor internacional, no una muestra de cine aragonés", explicaba ayer Javier Espada desvelando por dónde puede estar la causa del conflicto. Sin embargo, para el presidente de la fundación, el alcalde de Calanda, José Ramón Ibáñez, la realidad es distinta: "Le hicimos una contraoferta en la que estábamos todo el patronato de acuerdo y él no ha cedido. La realidad es que si no se hace lo que él dice no es capaz de trabajar. Su renuncia es lamentable", calificó sin medias tintas el edil que negó esa "supuesta injerencia porque es el patronato el que marca la línea de actuación y tiene total autonomía para ello ya que es el sustento económico".

"Es evidente que mi planteamiento no interesa", dijo Espada que esgrime el reconocimiento "de la gente del cine a nivel internacional" con lo que se quiere quedar: "Estoy decepcionado pero al mismo tiempo liberado. Yo no me aferro a ningún sillón y ya hace tiempo que les dije que si no confiaban en mí, que contratasen una persona para dirigir el Centro Buñuel de Calanda. Nunca me han contestado. Como a mis últimos requerimientos, así que he decidido irme y no hay vuelta atrás".

La visión de Ibáñez es nuevamente muy diferente: "Hay que agradecer la magnífica labor de Javier Espada pero la realidad es que el centro recibía unas 1.500 visitas al año que es muy poca cosa con el potencial que tiene. Nuestra idea es darle impulso para potenciar las visitas y también el festival". En cuanto al futuro del centro, el presidente de la fundación aclaró: "No había relación contractual con Javier Espada porque el es pensionista y, bueno, no pasaba demasiados días al año en Calanda por lo que su dedicación no era plena aunque le honra que lo hiciera altruistamente". Ahora, aseguró, se tiene que reunir el patronato para decidir si se convoca una plaza de director: "De momento hemos asumido la dirección con una comisión en la que están, entre otros, Luis Alegre, Agustín Sánchez Vidal y Amparo Martínez. Hay personas muy cualificadas que se han mostrado predispuestas a ocupar la dirección si sale la plaza".