Desde la ventana de su casa de la infancia cerca del Gran Hotel, observaba todo lo que podía: «Es la gran pregunta que uno se hace siempre, ¿no? Saber si en la casa de al lado también vive una niña como tú, cómo serán sus relaciones... Creo que buscamos descubrir lo que son los demás para ver si así descubrimos como somos nosotros», reflexionó Soledad Puértolas durante el coloquio que mantuvo con sus lectores en la última sesión del año de Conversaciones con el autor en el antiguo salón de plenos de la DPZ.

Y es que, explicó la autora, «de ver lo que es el otro uno escribe... aunque, es verdad, que a mí cuando me ha ido mejor es cuando me he inventado las cosas. Cuando hablo de mí, no funciona tan bien», medió bromeó la escritora que estuvo acompañada por el coordinador del ciclo, Ramón Acín; y por el diputado provincial del área de bibliotecas, Bizén Fuster.

Puértolas insistió en que «no se vive de lo que uno vive sino de lo que se sueña, de lo que se imagina y de lo que se desea». La escritora recordó que «siempre es un placer» venir a Zaragoza ya que ella la recuerda siempre «como las cuatro calles» de su infancia pero es mucho más: «Cada vez que vengo hay un montón de actividades y todo ha crecido mucho».

Acín, antes de que la palabra pasara a unos lectores que llenaron la sala, mujeres en sus mayoría, le preguntó sobre dos títulos de sus libros, Todos mienten y Una enfermedad moral. «Es verdad que todo el mundo miente pero ese título no tiene una connotación negativa. El protagonista se siente inferior pero de cara a fuera siempre está bien y, al final, se da cuenta que los demás no se diferencian tanto de él. Creo que es algo bueno que todo el mundo esconda parte de sí», dijo la escritora que también abordó el asunto de la enfermedad moral: «No hablo de la sociedad, simplemente de que cuando tú confías en alguien y este te traiciona, piensas que es un enfermo moral porque no comparte contigo los mismos criterios. Es algo que nos pasa a todos».

La escritora es, además, académica de la lengua (una de las pocas mujeres) y también tuvo tiempo para hablar sobre su trabajo en la RAE: «La verdad es que estamos en un momento apasionante, con muchos cambios, algunos de ellos levantan polémica, pero yo estoy disfrutando mucho», explicó Soledad Puértolas, que ocupa el sillón g.