Madrid se convierte esta semana en la capital del arte contemporáneo con la celebración de varias ferias con motivo de Arco. Una de ellas es Just Madrid, la dedicada al arte contemporáneo emergente, que se celebra desde hoy y hasta el domingo en Just Space (c/ Núnez de Balboa, 32), con la presencia de dos galerías zaragozanas, A del Arte y Antonia Puyó. La primera lleva la obra de los zaragozanos Gema Rupérez y Alberto Gil Cásedas, mientras que la segunda la del madrileño E1000 y la pamplonesa (residente en la capital aragonesa) Cristina Silván.

Just Madrid es una feria reducida, ya que solo participan 40 galerías, con una «dura selección» ya que hay que presentar un proyecto y ser seleccionado por un comité y dos jóvenes comisarios. Mariano Santander, de A del Arte, había estado en Art Madrid o Stampa (Santander) pero en esta ocasión se sentían representados con el espíritu de la feria, mostrar arte joven o emergente. Reconoce que es «una ilusión y una obligación salir de Zaragoza y estar en Madrid, porque estos días por allí se mueve todo el mundo relacionado con el arte»

En el caso de Antonia Puyó es su tercera participación. «Dejamos de estar presentes unos años» pero en este se correspondía con su línea de trabajo y han vuelto, asegura Patricia Rodrigo, quien tiene muy presente que para las denominadas «galerías de periferias es una forma de darnos visibilidad», ya que por allí desfilarán todo el que tenga algo que decir en el mundo del arte contemporáneo. Rodrigo critica la falta de apoyo a las galerías y señala que «el espectador está poco a costumbrado a ver arte contemporáneo», por eso es una buena forma de «dar a conocer a los artistas» que presentan.

ARTISTAS / El objetivo de la presencia en la feria es «vender», ya que hay que estar donde «está el cliente potencial», señala Rodrigo. Santander, por su parte, señala que además es importante «mostrar el trabajo de dos aragoneses» y estar «donde se mueve el arte del mundo».

Antonia Puyó lleva a Just Madrid a dos artistas que trabajan «con el color». En el caso de Cristina Silván (1975), su obra es «más volumétrica». Y en la de E1000 (1981), serán piezas que el artista ha escondido por la feria, porque «él trabaja en la ciudad y la asalta», así que quien quiera podrá buscar las piezas o «comprar la experiencia de encontrar la pieza, además de la propia obra», porque en el estand estarán los dibujos con sus características y un mapa para llegar a ellas.

En el caso de A del Arte, presentan las obras de dos artistas muy jóvenes, Gema Rupérez y Alberto Gil Cásedas, que tras la feria se irá a Torremolinos con una beca. La obra de Gil Cásedas (1991) se centra en la contabilización y catalo­gación de acciones de lo cotidiano que evidencian la pérdida de tiempo, tiempos sin uso, absurdos o en blanco; mientras que la de Gema Rupérez gira en torno al anhelo de supervivencia. La confrontación y la lucha por el poder hegemónico es una constante en sus últimos proyectos, creados a partir de diferentes medios como la instalación, la fotografía, el vídeo o el dibujo.