«Sus chistes pertenecían a la vida de todos. Creíamos que siempre estarían ahí, haciéndonos reír y reflexionar. Sus personajes eran un fiel reflejo de cómo somos los españoles o los europeos o los humanos en general». Así recordaba a Forges el premio Nacional de Cómic 2008 Paco Roca. El autor de Arrugas fue uno de los muchos nombres de colegas y gente de la cultura, amén de políticos de todos los colores, que ayer despidieron al dibujante.

Compañeros de profesión como Calpurnio, Horacio Altuna y Bernardo Vergara lamentaron su muerte en Twitter, igual que los cómicos Andreu Buenafuente y José Corbacho, que agradecieron al «maestro» su legado. Paco Mir, dibujante y miembro de El Tricicle, alabó su «ingenio increíble», mientras el viñetista Ferran Martín acompañó en la red social su «adiós a un compañero, a un maestro, a una persona buena» de un dibujo dedicado donde Forges se marchaba alzando una pancarta que rezaba «Ahí os quedáis». Para el escritor y dibujante Manuel Bartual, con él se va «una parte muy importante de España». «No solo ha retratado nuestro país, sino que se ha fusionado de algún modo con lo que es España».

«Era una persona que curaba los males de la sociedad e iluminaba la vida con su humor -comentó a Efe el dibujante Peridis. Supo coger el pulso de España, era un artista deslumbrante [...]. A pesar de utilizar la ironía y el sarcasmo, un humor que puede ser excesivamente agresivo, su estilo fue siempre benévolo, tal y como era él en persona». El humorista destacaba que fue «una persona clave para la transición» gracias a ese «humor benévolo» con el que «supo analizar la sociedad de por aquel entonces». Por su parte, el dibujante Manel Fontdevila destacó «que «Forges, como Mingote y Chumy Chúmez, era un espíritu libre, hablaba de lo que quería, su trabajo era casi un retruécano, su forma de contar las cosas... chistes que no se acaban nunca. Esto es algo que los dibujantes de ahora no hacemos tanto, hay mas ortodoxia». El cineasta Santiago Segura resaltó cómo Forges se ganó «un espacio en el imaginario colectivo, por su humanidad, por su ingenio y por su forma de retratarnos».

Antonio Postigo, dibujante de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, reconocía a Paula Bayarte que Forges «nos hacía sonreír hasta en los momentos más duros» y definió su obra como original, fiel a su estilo y representante del «uso del humor de la calle»,

El hijo de Forges, Toño Fraguas, agradeció todas las muestras de cariño recibidas y llamó a «no perder la sonrisa porque es un arma muy poderosa».