«Aquí está pintada, en grave deterioro y desolación, la herencia del desgaste que carcome al final hasta las piedras». Estas líneas pertenecen al escritor alemán W. G. Sebald, y representan un breve fragmento de su libro Del Natural, un texto que ha servido como elemento inspirador a los responsables de la galería La Casa Amarilla para inaugurar una exposición del mismo nombre, que permanecerá abierta hasta el 28 de julio. La muestra pretende ser una mina en la consciencia de todos aquellos que miran al medio ambiente de forma irreflexiva, con la crédula intuición de que todavía queda mucho por salvar.

«Es una exposición totalmente pesimista; lo que queremos es fijar la grieta. No queda otra que ser pesimista porque estas imágenes son reales. Teniendo en cuenta cual es la situación en la que está el medio ambiente, lo que no íbamos a hacer es una exposición de paisajes bonitos. Por el contrario, hemos optado por una exposición elegíaca, donde el paisaje se precipita», explicó ayer Chus Tudelilla, comisaria de esta exposición junto a Juanjo Vázquez. Ese precipitar es precisamente lo que se puede observar en la obra de José Noguero Nube oscura, un óleo en el que se puede observar la irrupción de un momento de caos y ruptura en el que una nube se deshace y deja de dar cobijo.

doce artistas/ Junto a la de Noguero se encuentran las obras de otros once creadores. Benjamín Palencia muestra una pieza que realizó en 1933 sobre el paisaje agreste que imperaba en Vallecas por aquel entonces. La lista la completan Amalé y Bondía, Iñaki Bergara, Nacho Bolea, Joana Cera, Jorge Fuembuena, Fernando Martín Godoy, Vicky Méndiz, Lina Vila y Louisa Holecz.

Arnheim, de Bolea, es la primera obra que se encuentra el visitante. Este collage, que tiene como elemento principal un libro de ciencias naturales, está dedicado a Edgar Allan Poe. Por su parte, Amalé presenta dos fotografías de su colección In situ hechas junto a Bondía en las que los espejos y la roca se confunden el entorno. Holecz muestra un lienzo de grandes dimensiones inspirado en el poema It doesn´t get better, del autor norteamericano John Giorno. Esta pintura, realizada con técnica mixta, está protagonizada por un árbol de colores lúgubres y en tensión que alarman al que lo observa. «Giorno tiene una mirada bastante crítica sobre el paisaje, ya que con tantos desastres naturales no podemos tener la misma mirada que antes sobre el paisaje. No quería pintar un árbol bonito, hay que ser conscientes de los problemas y ser críticos», explicó la artista.

La inauguración de esta visión crítica sobre el paisaje coincidió ayer con la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, lo cual ha resultado una casualidad, según dijo Tudelilla. «Tanto a Sebald como a nosotros nos encantan las coincidencias. Esto es una llamada más de atención», aseguró. Del Natural pone punto y final a una temporada que comenzó precisamente con el proyecto El paseo. Intervenir en la ciudad, una idea que nació de la obra del escritor Robert Walser, principal musa de la obra de Sebald. Este círculo expositivo que ahora se cierra «ha tenido siempre presente el carácter crítico y reflexivo con el que están pensadas», comentó Tudelilla, que recordó que «los artistas se diferencian del resto de los mortales porque tienen una sensibilidad extra para saber lo que va a ocurrir».