Zaragoza tiene el honor de tener el primer museo de papiroflexia de occidente. Situado en el Centro de Historias, el EMOZ, Escuela Museo de Origami de Zaragoza, inaugura hoy una nueva exposición temporal, la número 19 desde que abrió sus puertas hace ya varios años. Esta muestra recoge 48 trabajos del artista francés Frédéric Sabaté, un experto en el arte del kirigami, una técnica que consiste en recortar papel para conformar bellas imágenes a partir de fotografías. Joaquín Merchán, responsable del Centro de Historias, quiso aclarar que en este museo no solo tiene cabida el origami, es decir el arte hecho con papel doblado, sino que también acogen exposiciones «que tengan al papel como elemento transversal».

técnicas de oriente/ Sabaté, que estuvo ayer en la presentación de su muestra, trabaja sobre todo con papel de seda metalizado, un tipo de material muy resistente que le permite realizar cortes precisos sin riesgo de que el papel se rompa. Como herramientas utiliza bisturíes, ya que según dijo «los útiles destinados a hacer kirigami se desafilan antes y hay que cambiarlos muy a menudo». «Mi trabajo consiste no solo en plegar, también en cortar. El origami y el kirigami son artes primos que vienen de Asia. Normalmente trabajo solo con dos colores para diferenciar lo que es luz de lo que es oscuridad», dijo el artista. El resultado de su trabajo, que le puede llevar de 10 a 80 horas, son una suerte de cuadros hechos con papel a los que se les ha extraído una parte para conformar imágenes. «Antes de empezar a cortar, tengo que pensar si recorto las partes de luz o las de oscuridad, porque el resultado es diferente», añadió.

Esta exposición, que podrá visitarse hasta el 2 de septiembre, está compuesta por dos tipos de trabajos. Por un lado, están las fotografías en las que Sabaté recorta una de las partes para configurar imágenes que van desde tigres hasta retratos, que son el encargo que más recibe este artista francés. Una de estas imágenes recortadas es la de la Basílica del Pilar, un homenaje que ha querido ofrecer Sabaté a la ciudad y que se quedará para ampliar los fondos de este museo. Por otra parte, en esta muestra también están presentes una serie de obras que mezclan el origami con el kirigami, como lo es una pajarita que preside la última sala de la exposición y en cuyo cuerpo recortado aparece escondido el nombre de Zaragoza.

«Estas piezas son un paso más allá, ya que mezclo técnicas de doblado de papel con las de cortado. Cada pieza la hago de una forma diferente», explicó el autor. La pieza de la pajarita, en concreto, la realizó dibujando primero las formas y siluetas que después recortaría. Tras esto, realizó los pliegues para dejarlos marcados y después la desdobló para realizar los recortes. Finalmente volvió a doblarla con «mucho cuidado». La exposición también cuenta con la proyección de un vídeo en el que se puede ver el proceso completo de recortado de uno de sus trabajos, en este caso de un retrato.

un trabajo relajado/ Luis Fernando Giménez, uno de los encargados del EMOZ, resaltó el origen teatral de estas figuras, que en sus inicios se utilizaban para representar obras de teatro de sombras chinescas. Para Sabaté, según contó, este trabajo, a pesar de ser muy complicado, también le resulta muy gratificante. «Cuando empiezas a recortar, que es el final del proceso, no estás simplemente cortando papel. Es un proceso largo en el que mi espíritu escapa de mi cuerpo y comienzo a meditar», aseguró.

La Escuela Museo de Origami de Zaragoza sigue siendo uno de los museos más curiosos de la ciudad. En la actualidad, además de la exposición de Sabaté, hay una sala dedicada a la Expo 2008, de la que se cumplen estos días 10 años. Un Fluvi hecho de papel o el Pabellón de España configurado por cientos de folios son algunos de los trabajos aquí expuestos, unas obras que siguen asombrando a todos los visitantes. «Parece casi imposible hacer esto», dijo ayer uno de ellos.