La organización de derechos de autor convoca a sus socios a las urnas

Todos los caminos de la SGAE llevan a Teddy

Bautista tiene deudas con la justicia por apropiación indebida, por las que se piden siete años de prisión. El hombre que gobernó la entidad entre los años 1985 y 2011 podría ganar las elecciones esta semana

Todos los caminos de la SGAE llevan a Teddy

Todos los caminos de la SGAE llevan a Teddy

NANDO CRUZ

Semana decisiva para el futuro de la SGAE y, por lo tanto, para las decenas de miles de músicos, letristas, dramaturgos, cineastas, coreógrafos, guionistas y demás creadores que esperan que la Sociedad General de Autores y Editores que defiende sus derechos inicie una nueva etapa de eficacia en la gestión y de calma. No pinta que lo primero vaya a ser fácil. Estos días han sido más noticia las fugas de candidatos que las promesas electorales. El último en retirarse ha sido Ramón Arcusa, del Dúo Dinámico y autor de gran peso simbólico. Las elecciones tendrán lugar el viernes, 26 de octubre.

El presidente saliente, José Miguel Fernández Sastrón, ya ha amenazado con llevar a juicio a los candidatos que usaron los canales de la entidad para pedir la abstención masiva de los socios y la retirada de candidatos. El bloque donde convergían Kiko Veneno, Jorge Ilegal, Patacho Recio, Sole Giménez, Rosa León y hasta 15 autores, ha defendido el derecho a usar unos canales que la entidad puso a su servicio en tanto que candidatos y a enviar al socio el mensaje que deseasen amparándose en la libertad de expresión. Solo quedan 39 de los 59 candidatos del colegio de Pequeño Derecho, el de músicos. En el de editores quedan solo cinco de los 13 iniciales para los ocho puestos a cubrir.

En este río revuelto, numerosas voces vaticinan que un hombre tiene todos los números para hacerse con las riendas de la entidad. Es el hombre que logró que la SGAE pasase de recaudar 10 millones de euros en 1985 a casi 400 en el 2007. También es un hombre aún pendiente de un juicio por presunto fraude a la entidad. Es el más odiado, temido y admirado de la SGAE: Teddy Bautista. Su carta fue una de las primeras que llegó a los socios exponiendo su objetivo. Habla de resetear la SGAE, de implantar «novísimas herramientas tecnológicas», de «Big Data, ingeniería invertida y Blockchain». Ni una mención a todos los casos de corrupción destapados tras la operación Saga ni a su aún incierto futuro, teniendo en cuenta que la fiscalía pide para él siete años de cárcel.

Aunque en su día Sastrón, el actual presidente de la entidad, fue un firme opositor de Bautista, que SGAE se haya retirado como acusación particular en el juicio contra Bautista se interpreta como un gesto de favor al antiguo enemigo. El viernes Bautista reconocía en una entrevista que se ha presentado porque el propio Sastrón le animó a ello. Esto disipa el enfrentamiento electoral entre teddystas y sastronistas. Y una vez autoexcluido el grupo de autores que apostaban por la renovación de la entidad con el apoyo de las editoriales de las discográficas multinacionales, el otro bloque es el de las editoriales televisivas. Su presencia se concreta mediante autores que llevan años viviendo de componer para las televisiones.

TRAMAS INTERNAS

A diferencia de elecciones anteriores, en las que la mayoría de candidatos se presentaban agrupados bajo siglas y el socio entendía claramente a qué bando pertenecía cada cual, esta vez todos concurren de forma independiente. Hay que estar muy bien informado para saber si Teo Cardalda, Tontxu o Hevia son más próximos a Teddy Bautista o a las televisiones, si Augusto José Algueró es sastronista, si voces independientes como las de Antonio Onetti y José Antonio Sánchez Sanz tienen opciones o cuál es el motivo real de la retirada de Arcusa.

Las tramas internas de la SGAE son tan complejas como las de House of cards. Lo único que tienen claro socios de todos los bandos es que el regreso de Bautista está cantado. Su campaña mediática está minimizando a cualquier opositor. Y cuando la junta directiva tenga que escoger presidente, su nombre sonará más fuerte que ningún otro aunque para ello necesite el voto de autores teóricamente alineados con las televisiones. En teoría, Bautista y las teles son bloques antagónicos, pero ese flujo de votos ya no es tan descartable.

Todo sería para que la SGAE recuperase su aspecto de empresa sólida justo cuando las multinacionales amenazan con retirar los catálogos. Una maniobra de emergencia para dar una imagen de pacífico funcionamiento que ahuyentase el fantasma de la intervención estatal Y todo ello, mientras el congreso avanza en una reforma de la ley de la propiedad intelectual que afecta directamente los intereses de las editoriales televisivas.

Y es que aunque unas elecciones en la SGAE deben ser un debate entre autores, esto es un pulso entre editoriales: las de las discográficas y las de las teles. Y frente a la huida de los autores próximos a las discográficas, la palabra de los músicos puede tener menos peso que nunca. Entre los que no rechistan y los que no votan, la SGAE seguiría en las manos de siempre y, ahora, mediante un pacto de no agresión con las editoriales televisivas. Y todo ello, visto desde los colegios de Gran Derecho (el de dramaturgos y coreógrafos) y Audiovisual (el de directores de cine, guionistas y compositores de bandas sonoras) como una cruenta lucha de poder que les queda muy lejos pero que les afectará de pleno.

A cuatro días de las elecciones, nadie prevé un movimiento del Gobierno. Una vez proclamada la nueva junta y escogido presidente, habrá que ver si se consuma aquel apercibimiento del Ministerio de Cultura que amenazaba con intervenir la SGAE si antes de diciembre no se celebraban unas elecciones con voto electrónico. Como dicen los guionistas, lo veremos en el próximo episodio.

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