Almudena Grandes se alza con el Nacional de Narrativa

Decía Almudena Grandes (Madrid, 1960) hace un año que Episodios de una guerra interminable, la serie de inspiración galdosiana que inició en el 2010, «ahonda en las miserias del siglo XX». Y hablaba de la cuarta entrega, Los pacientes del doctor García (Tusquets), donde penetraba en algunas de las más oscuras: la impunidad con la que el régimen de Franco, pero también los aliados, consintieron y ampararon en la posguerra la huida de criminales nazis. El novelón, de 750 páginas y más de 200 personajes (una cuarta parte, reales), logra «un difícil y preciso equilibrio entre lo imaginado y la lealtad a la verdad histórica», valoraba ayer el jurado del Premio Nacional de Narrativa, dotado con 20.000 euros, que calificaba además de «ambicioso proyecto narrativo» la serie, que cuando la empezó, recordó la autora tras conocer el fallo, muchos le dijeron que era «excesivo y anacrónico».

Los pacientes del doctor García se remonta al asedio de Madrid tras el golpe de Franco de 1936 y viaja por la guerra y la posguerra, pasando por la segunda guerra mundial y llegando incluso al golpe militar en la Argentina de 1976. La autora de El corazón helado tejió una intrincada historia de espionaje republicano a la vez relato de perdedores, desesperanza y clandestinidad.

«El premio es para toda la gente que se ha acercado a mí desde que empecé los Episodios para decirme que se había visto reflejada en ellos o para agradecerme que hubiera contado su juventud, la de su padre, la de su abuela... -explica vía telefónica desde Madrid-. Es un privilegio escribir estas novelas porque me permitía satisfacer el deseo de explotar un filón de historias espléndidas que aún no se han contado además del impulso moral de enseñar al lector contemporáneo cómo miles de mujeres y hombres se jugaron la vida para que hoy nosotros pudiéramos tener democracia y libertades. Y hay que darles las gracias porque la democracia española nunca ha agradecido el trabajo de los resistentes antifranquistas». En ningún otro país, añade, la memoria tiene enemigos «tan encarnizados». «Si no sabemos de dónde venimos, nunca sabremos a quién nos queremos parecer ni quién queremos ser, por eso es tan importante recuperar la memoria histórica».

«NOVELA DE LA GUERRA FRÍA» / Los pacientes del doctor García es «la novela de la guerra fría», señala Grandes. «España fue víctima de la guerra fría. Son falacias lo que el franquismo decía de que España podía vivir al margen del resto tras la guerra y que no tenía nada que ver con la segunda guerra mundial. En Alemania, tras Hitler, hubo elecciones y dignidad. Pero aquí tuvimos que tragar a un dictador que murió en la cama en 1975 porque a los aliados les gustaba más Franco que los republicanos, aunque no lo reconocieron porque les avergonzaba. Y eso explica cómo se instauró la democracia en este país. Ya citaba en el libro a Gil de Biedma: ‘De todas las historias de la Historia/ sin duda la más triste es la de España/ porque termina mal’. Creo que lo escribió pensando en el triste destino de este país».

Según Grandes, «hay que pasar página de la guerra y la posguerra pero antes hay que haber leído la página y hacer lo que se debía». Por ello, opina, «antes que sacar a Franco del Valle de los Caídos, donde se gastó 1.100 millones de pesetas cuando las cartillas de racionamiento decían que las cáscaras de cacahuete eran alimento, es más urgente desbloquear el tema de las fosas en las cunetas. No podemos seguir siendo el segundo país del mundo, tras Camboya, con más fosas. No puede ser que haya partidos políticos que se opongan escudándose en temas ideológicos porque es un tema de derechos humanos. El Estado democrático aún no ha sido capaz de amparar a las familias que piden algo tan fundamental».