Creó su primer diseño de origami en el año 2011 aunque confiesa que «era un colibrí» pero no sabe «si se parecía mucho a uno». Una versión mejorada de ese modelo luce desde ayer en una de las vitrinas del Museo del Origami junto a un cormorán azul, el último modelo que ha creado Alexander Kurth. El alemán inaugura esta tarde su exposición Desplegando el arte en Zaragoza donde se podrá contemplar hasta el 3 de marzo. Fue ayer cuando la presentó acompañado del presidente de la Asociación Origami Zaragoza, Luis Fernando Giménez.

DISFRUTAR DEL JUEGO

Kurth, considerado uno de los mejores papiroflectas del mundo, sobre todo en los pliegues con papel húmedo, comenzó haciendo modelos con pliegues pero pronto se dio cuenta de que aquello le aburría en cierta manera y apostó por las curvas: «Me gusta combinar las bases tradicionales con nuevas ideas, disfruto haciendo este juego», explicó ayer Kurth que en esa línea divertida también ha propuesto un reto al espectador. En una vitrina en el medio de la primera sala con su obra, ha introducido hojas de árboles y figuras realizadas por él que se confunden con las mismas. «¿Eres capaz de encontrarlas?», preguntó ayer en voz alta.

Junto a un bajo (para el que utilizó un papel de 1,20 x 2,70 metros que diseñó en dos días y ejecutó en 24 horas «más o menos»), Kurth también ha querido incluir en las 51 piezas que muestra en Zaragoza una de sus innovaciones en el mundo de la papiroflexia, las cremalleras: «Siempre he observado mucho los modelos complejos con estructura desconocida -explicó- porque me entran ganas de destriparlos para ver la estructura de esos estilos hipercomplejos. Mis modelos no son tan complejos pero, basándome en eso, les he incluido una cremallera para que se pueda ver la personalidad del modelo», señaló. En la exposición se pueden admirar tres obras con ese estilo en las que ha contado con la colaboración de su mujer pintora que ha introducido pinturas dentro de ellas.

Son piezas en blanco, un color en el que le gusta más trabajar «porque se captan mejor los pliegues» aunque lo hace también habitualmente con colores diversos tal y como se puede comprobar en la propia muestra que se abre hoy.

Con respecto al Museo del Origami de Zaragoza, Kurth indicó que quería exponer en él porque lo conoció «hace tres o cuatro años gracias a que en el mundo de la papiroflexia todo está interconectado». Un centro situado en la segunda planta del Centro de Historias que, además de esta exposición, ha renovado parte de su colección. Así, en otras salas del museo se podrán ver una exposición de flores, modulares de Covadonga Blanco, y una sala resumen de algunas de las exposiciones que han pasado anteriormente por el museo con motivo del quinto aniversario que cumplirá el centro el próximo 18 de diciembre.

Junto a todo esto y en torno a la exposición de Alexander Kurth, «se va a estrenar una novedad», anunció Giménez. «En la sala de vídeo se va a realizar una performance en la que nos vamos a basar en la noticia inventada que salió en un periódico cómico. Así, vamos a hacer una exposición de bolas de papel arrugadas que irá dejando el público que nos visite».