La universalidad de las letras aragonesas, la reivindicación de la historia y de autores prácticamente olvidados fueron los temas con los que Juan Bolea ha ido tejiendo su discurso este martes tras recibir el Premio de las Letras aragonesas, de manos del presidente de la comunidad, Javier Lambán, quien ha señalado: «Si hay que dárselo a un hombre de letras, ese es Juan Bolea».

La planta cuarta del museo Pablo Serrano se ha quedado pequeña para acoger el acto. El ganador ha estado arropado por su familia, encabezada por sus padres, el expresidente de Aragón, Juan Bolea Foradada, y su esposa, representantes de la política, de la literatura, de la cultura y también lectores. Bodegas Enate patrocina el galardón, dotado con 10.000 euros.

El creador de Martina de Santo se ha mostrado muy «agradecido» por este premio «a la trayectoria» que significa que «ya eres una persona mayor» pero también que en el conjunto de su obra hay alguna «aportación a las letras aragonesas, que son universales porque este no es un premio local» porque el que conoce bien la historia sabe que es una «historia universal como bien conoce nuestro presidente, a diferencia de nuestros vecinos», ha dicho.

Bolea ha agradecido el apoyo de Nicolás Espada, director de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, del que es columnista, porque «nos han premiado por las novelas pero también por las columnas y los trabajos en la redacción llevando al periodismo algo de literatura»; a Luis Nozaleda, de Enate, por demostrar que «el patrocinio cultural es rentable» y a su familia.

No es muy dado a recordar el pasado, pero durante su discurso se ha remontado a cuando tenía 14 años y con una redacción ganó el premio CocaCola de relatos; y cómo se coló en 1974 en la recepción del alcalde de la época a Ramón J. Sender, al que le preguntó qué necesitaba para ser escritor, a lo que este le contestó: «Corre mundo, vive la vida, deja el refresco y pásate al vino», ha afirmado entre risas.

Se ha acordado también de sus lecturas en la Biblioteca del Casino Mercantil donde conoció a Madame Bovary, Oliver Twist o Sherlock Holmes; de cuando su padre levantó un 23 de abril de 1978 la «bandera de Aragón en la plaza de Aragón tras estar arriada durante más de 270 años». Y de otro gran premio, el Ciudad de Alcalá, donde un jurado le recomendó «trabajar más la realidad». Entonces «era un escritor de éxito, pero no tenía lectores», que ganó gracias al periodismo y los reportajes que escribió como «pequeñas novelas». Luego le sirvieron para la saga de Martina del Santo, novelas que «se van a reeditar» y para su última creación, el detective Florián Falomir, «un aragonés que espero sea universal».

AUTORES A REIVINDICAR / Juan Bolea no se olvido tampoco de autores, aragoneses y universales, «maestros que han descrito como nadie el ser aragonés». Estos escritores que «hay que rescatar», son, entre otros, Marcial, «el primer columnista de la historia»; Pedro Alfonso, que en el siglo XII trajo a Aragón la «tradición arábiga»; Braulio Foz en el siglo XIX con Vida de Pedro Saputo; y ya en el siglo XX, Ramón J. Sender, quien «debió ganar el premio Nobel»; y a quien hay que leer porque en su obra «están nuestros secretos, nuestra historia, nuestra razón de ser, que es universal».

Por su parte, el presidente aragonés, Javier Lambán, también ha hecho hincapié en esa «vocación universal» frente a «los vecinos del este que solo se ven el ombligo y se ven mal». También ha remarcado que el Gobierno de la Comunidad ha querido que la imagen de marca de Aragón sea «la cultura, la literatura y la creación, porque somos creadores, gente de cultura», ha señalado; y ha nombrado a Marcial, Sender, pero también a Goya y Buñuel que «presentados como bandera nos abre puertas» en el mundo. Porque Aragón es tierra de «escritores y de lingüistas», por eso, «estamos ultimando un convenio con la RAE para que incluya aragonesismos, como somarda -que define también la fina ironía de Bolea-», ha señalado Lambán, quien ha alabado al escritor «como promotor de iniciativas culturales», ciclos literarios y también como columnista.