El discurso previo era el mismo que el que tenían frente a los premios Forqué («que con mi primera película haya conseguido todas estas candidaturas ya es una revolución para mí», aseguraba) de los que salieron triunfadores... y lo volvieron a hacer. La realizadora zaragozana Nata Moreno y el violinista Ara Malikian subieron el sábado, ya de madrugada en una gala larguísima, al escenario para recoger, en esta ocasión, el Goya al Mejor documental por Ara Malikian, una vida entre las cuerdas. Y quizá por esa forma de afrontar esta carrera de galardones, sin presiones y sin expectactivas, ambos tuvieron claro que tenían que aprovechar su minuto de gloria.

Así, Ara Malikian, pareja de Nata (Moreno) y protagonista absoluto del documental a pesar de no ser un biopic al uso, se unió al tono que se mantuvo en toda la gala en contra de la intolerancia: «Es un documental que habla de muchas cosas -afirmó Ara Malikian-, de violines, de música... pero de lo que habla también es de migración y de ser refugiado porque yo lo he sido. Hoy en día quieren hacer creer que los emigrantes y los refugiados somos las causas de todas las miserias de nuestra sociedad. Espero que no lo creáis porque siempre la inmigración y los viajeros son la riqueza de nuestras civilizaciones», bramó antes de llevarse un sonoro aplauso del auditorio presente en el Martín Carpena de Málaga.

Y es que la historia de Ara Malikian es la de superación, la de huir de la guerra y evadirse del mundo trágico con un violín hasta conseguir llenar pabellones en buena parte del mundo: «Hace 40 años un hombre (el padre de Ara) guardó todos los recuerdos de su familia para que no se perdieran entre las bombas. Yo tuve la suerte de que esas cajas llegaran a mi casa y poder contar esta historia», relató Nata Moreno acerca del documental que los académicos han decidido premiar este año. «Me encantaría -prosiguió- que este hombre hoy supiera que su sueño no se ha perdido, que su historia se ha contado, y que supiera sobre todo que su hijo es un hombre vivo, libre y feliz».

«Muchas gracias Ara por ser tan generoso conmigo y regalarme esta historia. A mi equipo, sin ellos no podría haberlo contado y dar las gracias sobre todo a mis padres por educarme en igualdad, por hacerme creer que podría soñar grande y por enseñarme a ser libre y feliz», insistió la cineasta zaragozana que nada más recibir el cabezón llamó la atención por su espontaneidad: «¡Madre mía, un maño que se viene para Zaragoza conmigo, qué honor! Muchas gracias por este premio bonito, mirar desde aquí arriba es un lujo, solo se ve talento y cine y sentirse dentro de esta familia es muy lindo», reconoció Nata Moreno que debutaba en el largometraje con este Ara Malikian, una vida entre las cuerdas. Un proyecto que le ha cambiado la vida tal y como señalaba ella misma hace unos días: «Para mí fue un despertar como artista. Yo antes ya era actriz pero nunca había cogido una cámara. En estos cinco años he montado la productora, he rodado dos cortos, he hecho anuncios para publicidad y siete videoclips para artistas como Pablo Milanés o Calamaro. Siempre seré actriz, pero ahora estoy enamorada de la dirección y del guion».

Y así ha llegado a los Goya de la mano de Ara Malikian que el sábado no dejó pasar tampoco la oportunidad de agradecer el trabajo a la realizadora: «Estoy muy emocionado de colarme en esta fiesta y quiero darle también las gracias a Nata por dedicar cinco años de su vida a contar mi vida, me parece un poco egocéntrico».

Este fue el noveno Goya para Aragón y el cuarto conseguido por una mujer (precisamente los cuatro últimos que han ido a parar a profesionales de la comunidad), además de ser el primer año en el que dos profesionales aragoneses diferentes lograban un Goya.