A pesar del duro golpe que la pandemia del Covid-19 ha supuesto para las artes escénicas, desde el mundo de la cultura no se han dejado de hacer propuestas para reactivar al sector: espectáculos al aire libre, aforos reducidos y todas las medidas sanitarias que permitieran al público disfrutar de los eventos sin miedo al contagio. Pero las ganas por seguir adelante no son suficientes: las compañías teatrales se encuentran en una situación insostenible por los rebrotes en Aragón y piden una solución para poder seguir actuando.

Almozandia Teatro, compañía teatral y de animación, fue en Aragón la primera volver a los escenarios tras el confinamiento, aún en fase 2, con su proyecto El Jardín de las Artes: «Había ya protocolos generales y los espectáculos estaban permitidos, no podíamos esperar más y así lo hicimos... Quisimos mostrar que con respeto y responsabilidad se podía volver a disfrutar de las artes escénicas. Y la respuesta del público fue maravillosa», explica Oscar Puyó, uno de los fundadores de la compañía.

De las 60 fechas que esta compañía tenía confirmadas para los meses de marzo hasta agosto solo cuatro ayuntamientos las han mantenido « Nos sentimos indefensos ante esta situación de no respetar los contratos, y no poder recibir ningún tipo de compensación por la anulación»,aclara Óscar Puyó.

Algunas producciones sí han podido ajustarse a la normativa vigente, mientras que otras han tenido que paralizarse:«En los espectáculos que se mezcla parte teatral y parte participativa hemos tenido que modificar las acciones para que el público pueda hacerlas sentado y con las medidas de seguridad necesarias». Pero se demuestra que es posible seguir con la programación, si todos los implicados respetan las normas.

Los rebrotes en Aragón solo han empeorado unas expectativas que ya se preveían bajas« Un año normal sumando los meses de junio, julio y agosto podemos llegar a tener unas 90 actuaciones. Y este año veinte, con suerte». Para Óscar, el problema reside en el miedo instaurado sobre estos eventos y el desconocimiento de la clase política. «La cultura no es el problema, es parte de la solución. En la cultura se está haciendo bien referente a protocolos y seguridad.», afirma.

Ante las pérdidas que dan lugar las cancelaciones, las ayudas institucionales como las que ofrece la Diputación General de Aragón o el Ayuntamiento de Zaragoza no alcanzan a todo el sector. Se ofrecen ayudas anuales para producciones y giras o campañas de microcréditos «Hay que tener en cuenta que estas ayudas no llegan ni a la mitad de compañías. A fecha de hoy no hay ninguna medida específica más en relación a la crisis del sector, solo promesas, palabras y que están trabajando duro, que no lo dudo, pero necesitamos inmediatez», comenta Óscar Puyó.

Para Almozandia Teatro, la comunicación con las instituciones es esencial para llegar a un acuerdo: «Necesitamos un cambio en políticas culturales: ayudas a estructuras de las compañías, concienciar a los propios ayuntamientos y a la sociedad que los eventos culturales son espacios seguros, incentivar la vuelta de las programaciones...porque si no nos dejan trabajar es imposible que podamos continuar nuestro camino».

Si no se ofrece una solución real, las compañías dedicadas al ocio y la cultura no podrán sobrevivir más allá del mes de septiembre: «La situación real es que todas las fiestas están suspendidas, muy pocos programadores valientes que se animan a realizar programaciones culturales, por lo tanto las compañías estamos casi sin ingresos pero seguimos pagando los gastos fijos de empresa (local, seguros, seguridad social, gestorías, luz,etc)».

Almozandia pertenece a la Plataforma en Defensa de las Artes escénicas de Zaragoza, compuesta por 39 compañías, dos salas, varias empresas de organización de festivales y cerca de 70 profesionales de la cultura aragonesa.