La canción popular aragonesa está de luto. Este sábado ha perdido a uno de sus pilares más importantes junto a José Antonio Labordeta, fallecido hace casi diez años, y La Bullonera. Pero más allá de la pérdida dentro de este movimiento clave en la historia de la comunidad, la muerte de Joaquín Carbonell ha dejado más huérfana a toda la cultura aragonesa. Porque el cantautor, músico, escritor y periodista cultivó buena parte de las disciplinas artísticas. «Actualmente, para mí era la figura más relevante de la cultura aragonesa, por trabajo, veteranía y talento», ha subrayado Roberto Artigas ('Gran Bob'), contrabajista de Los tres norteamericanos, el grupo que ambos formaron junto a David Giménez en el 2015.

Más allá de sus cualidades como artista, todos los que le conocieron siempre han destacado su camaradería, simpatía y su particular humor somarda. «Siempre ponía ese punto de optimismo a la vida. Lo más importante de Joaquín era su entusiasmo por todo lo que hacía y, además, le encantaba entretener y divertir a la gente», ha destacado Eduardo Paz (La Bullonera). «Era un entusiasta del escenario y de la vida; el único cantautor que tenía vocación de cantante, le gustaba cantar mucho más que a Labordeta o a mí», ha apuntado Paz.

Lo sabe bien José Luis Arrazola, el guitarrista que le ha acompañado en los últimos años y, precisamente, con el que ofreció su último concierto. Fue el pasado 11 de julio en Grisel. «Ha sido un referente de la canción aragonesa y de toda la cultura en general. Como cantautor realizó una labor impresionante», ha destacado Arrazola, que ha subrayado ese «punto que le diferenciaba»: «Me gustaba que no era un cantante politizado, tenía su conciencia social, pero no era nada extremista».

El fallecimiento de Carbonell también provocó un «gran dolor» en el músico y poeta Ángel Petisme. «Como hijo de la canción popular aragonesa de los 70 lo escuchaba y lo tenía muy presente cuando era un adolescente. Luego tuve la suerte de ser amigo suyo y era un gran tipo, con un gran sentido del humor, ese punto de somardería y a la vez una enorme ternura», ha destacado Petisme, que ha subrayado que fue «un referente para la cultura aragonesa y para los que recogimos su esencia y su legado».

El último productor de Carbonell, Toño Berzal, ha asegurado que su muerte «deja un agujero enorme en la comunidad y en la cultura aragonesa», al tiempo que ha destacado su dinamismo: «No había terminado un proyecto y ya estaba pensando en el siguiente».

Por su parte, la asociación de Librerías de Zaragoza también quiso recordar y reconocer la figura Carbonell, que a lo largo de su vida escribió cerca de 15 libros. En este sentido, el escritor aragonés Manuel Vilas lo ha calificado de «gran persona, gran artista y generoso siempre». «Con él se va un referente importante de la cultura de la Transición», ha apuntado el escritor aragonés.

La Fundación José Antonio Labordeta también ha lamentado el fallecimiento del cantautor, quien precisamente fue alumno de Labordeta.