La pianista húngara Krisztina Fejes actúa el domingo (11.30 horas) en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza junto a la Orquesta Reino de Aragón en un concierto que será un homenaje a Beethoven en el 250 aniversario de su nacimiento y que está incluido en el ciclo Introducción a la música. La magiar interpretará el Concierto para piano número 4 del compositor junto a la ORA que también tocará la Sinfonía número 5 dirigida por Álvaro Albiach que ha sustituido a última hora a Ricardo Casero.

-¿Qué tiene el ‘Concierto para piano número 4’ de Beethoven que tanto gusta?

-Yo he interpretado todos los conciertos para piano de Beethoven menos este número 4. Quiero decir, lo he tocado y lo he aprendido a nivel personal pero nunca lo he interpretado en concierto y con una orquesta, va a ser la primera vez. Hablé hace años con Ricardo Casero (director titular de la ORA) en Budapest sobre esta posibilidad, me invitó a venir a Zaragoza para tocar con la orquesta y me entusiasmó la idea así que mi primera vez va a ser en Zaragoza y con la ORA.

-¿Qué destacaría de ella?

-Es una pieza maravillosa pero hay que tener en cuenta que Beethoven tiene dos caras, una que es un héroe y la otra que es, digamos, un villano, algo triste. Su sordera le trastocó mucho la personalidad y, a partir de esta obra, la sordera le cortó su trayectoria, su magia y su forma de ser un auténtico héroe... El segundo movimiento de este concierto es precioso, es uno de los más bellos de Beethoven. Además, ¿sabes?_El tenía 37 años cuando la tocó en el famoso concierto de Viena como yo ahora. Amo esta pieza y desde hace ya tres meses estoy pensando en este concierto.

-¿Dónde está la mayor dificultad de este ‘Concierto para piano número 4’ a la hora de interpretarlo?

-¡Todo! Todo es difícil y todo es fácil. Tiene que haber una buena conexión entre la orquesta y la pianista porque a veces el tempo puede hacer que se dispare su forma de interpretar por un lado y el de la orquesta por otro. Yo soy pianista solista pero tengo que ir pensando en la orquesta. Eso es lo más difícil.

-En estos tiempos difíciles, ¿deberíamos mirar más a Beethoven?

-Desde luego... Aunque dentro de su filosofía hay una carga muy profunda en este segundo movimiento. Es más introspectivo y el tercero es más de alegría y explosión. Lo curioso es que parece contradictorio que un hombre tan amargado con su sordera, escribiera piezas tan alegres para el espectador. A pesar de que estaba triste, amargado y rabioso, él escribía este tipo de partituras. Fue el más grande. Beethoven daba esperanza a la gente y ahora estamos en la misma situación.

-¿Cree que la música puede cambiar el mundo?

-Puede ser... Yo soy música y escucho música de todas las épocas. La música en directo ha desaparecido un poco de nuestras vidas pero, por eso, incluso yo a pesar de que también tengo mis momentos bajos en esta pandemia, lo que intento es compartir mi música con la gente y eso es lo que se debe agradecer. Yo agradezco poder compartir ese tipo de música.

-¿Es supersticiosa?

-No, no, no… Tengo antepasados en Transilvania y allí tenemos mucho de eso, si te hablara de mi abuela... pero yo no soy supersticiosa.

-¿Tampoco tiene rituales?

-Procuro estar concentrada, intento imaginarme cuál sería la situación con el compositor de la pieza, cómo vería ese compositor la interpretación.

-¿Qué le pasa por la cabeza cuando está en pleno concierto?

-Depende de las circunstancias de cada concierto, no es lo mismo tocar con la ORA que con la Sinfónica de Viena, todo depende del momento. Lo más importante es estar metida en la pieza. Por ejemplo, en una gran sala en Budapest estaba tocando el piano yo sola en un concierto muy esperado porque se había retrasado por la pandemia y me sentía como un deportista. Toqué mucho Beethoven y tenía un sentimiento de que estaba volando, vi como mi interior salía fuera de mi cuerpo. Fue algo curioso y bonito. Antes de la pandemia, era una mujer muy activa, que iba muy deprisa a los sitios y ahora ha cambiado.

-¿Qué le parece el Auditorio?

-Suena muy bien, muy, muy bien. Estoy ansiosa por tocar. Me han dicho que después de esto seguro que no me querré ir, que me quedaré aquí. Puede que sea verdad.

-¿Le gusta España?

-¡Me encanta! Me gusta mucho el espíritu del país, hay mucha mezcla, me parece muy interesante lo exótico que es, me encanta la gente, la cultura… La gastronomía es espectacular, el marisco de Galicia, Asturias, Madrid, Barcelona… No pararía.