Sharif está en plena ebullición creativa. Tras la publicación a finales del 2019 de Pyramo (el álbum que confeccionó junto a Mxrgxn), el rapero zaragozano ha aprovechado la pandemia para dar forma a su quinto disco en solitario. Se titula De inmensidades y no verá completamente la luz hasta el próximo mes de octubre, aunque el MC ya ha publicado cuatro singles y el próximo miércoles dará a conocer el quinto. El zaragozano mantiene su esencia en este nuevo trabajo y continúa el camino que ya inició en Acariciado mundo (2017) y Bajo el rayo que no cesa (2015), pero el envoltorio con el que arropa sus rimas sí ha evolucionado. «Creo que es un híbrido entre el Sharif de mis últimos discos en solitario con el Sharif de Pyramo», indica. Así, en De inmensidades explora su inquietud «por encontrar melodías y estribillos, cosas que nunca me había planteado en solitario», apunta.

El artista vuelve a demostrar de esta forma su alergia al inmovilismo y asegura que incluso ha perdido el miedo a utilizar el autotune. Veterano del hip hop zaragozano (formó parte de Fuck Tha Pose y Tr3s Monos), Sharif es quizá el rapero menos rapero de la escena y a lo largo de su trayectoria siempre ha puesto su granito de arena a la hora de desprenderse de las etiquetas del género: «Los talibanes del rap éramos los de mi generación, ahora los jóvenes raperos ya no tienen los prejuicios que teníamos nosotros».

Eso sí, en su nuevo álbum lo que se mantendrá inalterable es su esencia, es decir, sus rimas y sus letras. «El amor y la muerte siguen estando presentes, aunque en este disco hay menos desamor y hablo mucho de los errores cometidos y de la esperanza», explica Sharif, que apunta que el 90% de los temas los escribió ya en pandemia: «Todo este asunto del virus no ha influido en mis letras, aunque sí a nivel de disciplina creativa. Me impuse una rutina a la hora de escribir, algo que nunca había hecho».

Sin duda, el cuidado y el mimo que el zaragozano dedica a sus rimas es un rasgo definitorio de su trabajo, así como los guiños constantes a poetas y artistas que le apasionan. Sin ir más lejos, el título de Acariciado mundo lo tomó prestado de un poema de Ángel González. «Para este disco busqué hacer algo similar pero no lo encontré. En mis canciones me gusta inclinarme ante mis propios dioses (sus escritores preferidos) y lo hago también para descubrir autores y tender puentes a un público joven normalmente desinteresado por la cultura», señala Sharif, que estudió Filología Hispánica en Zaragoza.

Lo que sí ha cambiado el rapero es la forma de presentar el disco, apostando también por la publicación de singles de forma espaciada. El quinto que lanzará este miércoles se titula Talismán y está producido por Gordo del Funk y David Sancho, dos de sus colaboradores habituales. «La previsión es que el disco tenga 15 o 16 canciones y que cuando se publique en octubre ya hayamos lanzado ocho singles del álbum», apunta.

Siendo «optimista», el zaragozano confía en iniciar su gira de presentación en octubre o noviembre, aunque se muestra cauto después haber pospuesto algunos conciertos en dos ocasiones y haber optado al final por devolver el dinero a los que habían comprado las entradas. Debido entre otras cosas a la pandemia, el rapero saldrá a la carretera con pocos compañeros de viaje, si bien este último disco, como los anteriores, ya fue concebido para ser defendido en directo sin instrumentistas. «Como mucho me podré llevar al guitarrista Lucho Esparcia, y porque vive en Zaragoza», reconoce Sharif, que también prevé visitar México.

Lo que se llevó por delante la pandemia fue la gira de Pyramo cuando tan solo habían realizado tres conciertos. «Ahora no tiene sentido retomar un proyecto que en el fondo fue una estrella fugaz. Además, era una gira muy compleja, con muchos músicos en los conciertos», indica.

Eso sí, en su próximo setlist habrá «tres o cuatro referencias a Pyramo», un disco que, en parte, ha salpicado a De inmensidades. Ahí están por ejemplo la mencionada búsqueda de estribillos, algunas rimas más cantadas que rapeadas y la apertura a nuevos estilos, aunque esto último ya lo hizo en Acariciado mundo (en dos de sus canciones flirteó con el flamenco). «En este disco también me asomo a otros géneros», adelanta el zaragozano, que se confirma como un artista con la mente muy abierta. «Ahora toda esa apertura se produce de una forma mucho más natural. El rap se ha convertido en una música de tanto alcance que eso le da pluralidad y la contamina en el buen sentido, permite que haya más mezcla y menos respeto a las encorsetadas viejas formas. A día de hoy, el rap es pop, y no lo digo como algo peyorativo. Cuando yo escuchaba rap era el bicho raro de mi clase y ahora el raro es el que no lo escucha», concluye. 

Sharif ha apostado en este trabajo por lanzar un buen número de ‘singles’ de forma espaciada, un formato que prevé mantener en un futuro. «No esperaré a sacar contenido hasta que llegue el próximo disco, entre tanto quiero publicar temas nuevos y colaboraciones con otros artistas», indica. Pero el zaragozano tiene más planes en el corto y medio plazo. De hecho, anuncia que le gustaría hacer un epé de unas cinco canciones junto a Rafael Lechowski, con el que ya ha colaborado en el pasado. «Es más una esperanza que una certeza todavía, pero a Rafa y a mí nos apetece hacer algo más serio juntos», subraya. Lechowski lanzó a principios del 2020 su último trabajo: ‘El canto de amor a la vida’, un disco de rap en acústico que sonaba como un poemario musicado.