Cuando la cultura aragonesa vuelve a brillar en las pantallas, en la literatura y otros tantos campos para ocupar su sitio dentro del panorama nacional es natural recordar a quienes ya han contribuido a crear en el pasado. Por ello, el IAAC Pablo Serrano ha inaugurado este jueves la exposición D Broto (Donación) del artista José Manuel Broto, con diez obras de gran tamaño que el pintor zaragozano donó al Gobierno de Aragón y que ahora forman parte de la colección estable del museo. El acto contó con la presencia del presidente de la comunidad Javier Lambán y con la del propio artista.

De las piezas expuestas, seis de ellas son acrílicos sobre tela, que representan la huella que los medios digitales han ejercido en la producción pictórica del artista aragonés y las cuatro restantes, las impresiones digitales, pertenecen a la serie Botánica. «Hay una reflexión en la pugna a lo largo de la historia del arte sobre el papel del color. Siempre se había pensando que el dibujo era la transmisión del pensamiento, la parte principal e intelectual y que el color era simplemente un acompañamiento. Broto en sus obras nos demuestra que esto no es así, porque aquí vemos que el color es el verdadero motor de su pintura», explicó Lola Durán, comisaría de la exposición. Las obras, producidas entre el 2005 y el 2009, estuvieron expuestas el pasado año en la sala Amós Salvador de Logroño y en la Casa de la moneda de Madrid. Durán quiso señalar la progresión en el uso del color de Broto, comenzando con tonos suaves, pasando por el uso del marrón y los colores tierra hasta los años 90 y la actualidad, donde se aprecia un cambio radical como el visible en las piezas expuestas.

El presidente del Gobierno de Aragón quiso agradecer al pintor la presencia de su trabajo en el museo así como recordar la magnitud de su carrera: «José Manuel Broto es sin duda uno de los pintores españoles más importantes del momento. Le honra no haber olvidado sus orígenes zaragozanos y aragoneses, como lo pone de manifiesto esta donación», señaló el presidente. Lambán y Broto recorrieron la sala durante una conversación en la que el pintor fue diseccionando sus obras, el motivo de las mismas y el nexo entre la abstracción pictórica y la realidad. «Aunque yo sea un artista abstracto, vivo en el mundo, tengo recuerdos y una memoria visual. En una serie totalmente abstracta eso se cuela y aparecen cosas reconocibles, pero no es mi intención esa. Esto me pasa a mi y espero que les pase a los espectadores, que encuentren relaciones y analogías que pueden ser inesperadas», contó Broto.

Ya con una colección anterior de obras del pintor en el edificio, Lambán señaló el potencial del Pablo Serrano: «Este museo, junto al Museo de Zaragoza, aspira a ser referencial en el arte aragonés, y en concreto en el contemporáneo. Esa aspiración no podía culminar sin las obras de Broto. Nos acercamos al museo donde más obra de Broto pueda haber», dijo el presidente de la comunidad. Sobre la presencia de la cultura en Aragón, a raíz de la celebración del 275 aniversario de Goya, el éxito de Las niñas en los numerosos galardones de cine y en la literatura con El infinito en un junco, de Irene Vallejo, también habló Lambán: «Es una de las principales imágenes de marca de nuestra comunidad, que no lo es más todavía porque quizá no hemos creído nosotros mismos en su potencia. Primero, hay que creer los aragoneses que son hijos de una tierra llena de talento y creatividad y segundo, los poderes públicos debemos ser capaces de difundirla con más eficacia».

La exposición de José Manuel Broto puede visitarse en la planta calle del museo Pablo Serrano hasta el próximo 30 de mayo.

La última etapa del artista queda reflejada con estas incorporaciones 

Con las diez obras donadas que se incorporan a la colección, la última etapa del pintor aragonés queda integrada dentro de la colección del IAACC Pablo Serrano, reforzando la presencia de éste en los fondos del centro y completando la representación de su trayectoria artística. Entre las piezas del pintor que ya estaban en el museo Pablo Serrano destacan cinco lienzos de gran tamaño que pertenecen a su etapa de la década de los años 80, así como el mural que realizó para el Pabellón de Aragón en la Exposición Universal de Sevilla de 1992.

 El pintor aragonés José Manuel Broto, uno de los creadores españoles más relevantes e influyentes de los últimos tiempos, es el representante de la nueva abstracción en los años 70 y del expresionismo abstracto en los años ochenta, sin duda uno de los artistas más significativos de la pintura española contemporánea. Su trabajo ha sido reconocido con diversos premios entre los que destacan el Premio Nacional de Artes Arco (1995), el Premio Arco de la Asociación de Críticos (1997), el Premio Aragón Goya (2003) o el Premio Nacional de Arte Gráfico (2017). La pintura de Broto ha estado expuesta en más de cien muestras individuales y casi 400 colectivas por todo el mundo.