Juan Pérez Sánchez, conocido artísticamente como Canalejas del Puerto (1905-1966) fue un cantaor gaditano que destacó por su creatividad, especialmente en los cantes festeros. A él debemos la bulería Belingonero flamenco, que da título al espectáculo que la onubense Sandra Carrasco presentó el viernes en Zaragoza, en el Centro Cívico Delicias. Carrasco es cantaora de largo alcance que en ocasiones trasciende el flamenco para recalar en otros estilos de la música popular. El viernes, flamenca sin más, estuvo acompañada por su inseparable Paco Cruz, guitarrista que es todo un maestro en la armonía y que rasga la guitarra con un temple y una intención que también excede la frontera de lo jondo.

Belingonero flamenco fue una de las piezas que abordó y bordó Carrasco en su programa del viernes, una bulería, como queda dicho, pero con un espectacular cierre por guajira. También por bulerías concluyó una morentiana granaína y taranto con la que empezó la actuación. Marchenera de pro, Carrasco le dio a la soleá con la medida que solía tomarle el maestro, al que volvió por soleares con remate de milonga (“Y en una cierta reunión se dio una comida un día, y allí se partió un melón, única fruta que había”). Entró más tarde en asuntos de copla, llevada muy a su terreno, con El clavel (Nadie sabe, nadie sabe, nadie sabe / Aunque todos lo quieren saber / Ni la clave, ni la llave de mi cuando, ni cómo y por qué / Me gusta ser libre lo mismo que el viento / Que mueve el olivo y riza la mar / Tenerme a la sombra de mi pensamiento y luego de noche ponerme cantar). Ya hacia al final de una actuación, que se hizo más corta de lo que fue, la cantaora se volvió a explicar por bulerías pasando por Juana la del Revuelo, La Niña de los Peines y Manuel Alejandro, y se despidió por fandangos.

Tuvo que hacer un bis, claro, y lo hizo con su niña sobre el halda (“Mira, como Paquirrín”, dijo), pues parece que ha acostumbrado a la pequeña a subir al escenario y la chiquilla le ha cogido justo a las tablas. Con unas alegrías a trío (ella, la niña y el guitarrista) dio el adiós definitivo. Muy, muy suelta anduvo Sandra en Delicias. Y público la premió con sentidos aplausos. No era para menos.