El filósofo aragonés Andrés Ortiz-Osés (Tardienta, 1943) falleció ayer en el hospital San Juan de Dios de Zaragoza tras sufrir un largo periodo de enfermedad. Con su muerte desaparece una de las figuras más relevantes de la cultura filosófica española y uno de los mayores intelectuales del Aragón contemporáneo. Antropólogo y escritor aforístico además de filósofo, Ortiz-Osés fue el fundador de la hermenéutica simbólica del sentido, que aportó un giro a la disciplina originaria de Alemania. Su pensamiento filosófico-antropológico es una búsqueda de sentido a través del arte y la religión, de la filosofía y las ciencias humanas. ​ Lea aquí su último artículo en este diario.

Colaborador habitual de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, el oscense estudió teología en la Universidad de Comillas y posteriormente filosofía en la Universidad Gregoriana de Roma. Más tarde se trasladó a la Universidad de Innsbruck, en Austria, donde se doctoró en filosofía hermenéutica. Ha colaborado con el Círculo Eranos (Suiza), inspirado por Carl Gustav Jung y del que han formado parte Karl Kerenyi, Mircea Eliade, Erich Neumann y Gilbert Durand, entre otros.

La aportación de Ortiz-Osés que más difusión ha tenido entre el gran público es posiblemente la dedicada el estudio de la mitología vasca, así como al llamado matriarcalismo vasco. La Universidad Nacional Autónoma de México publicó una obra sobre su pensamiento antropológico, coordinada por Blanca Solares, con el título El dios andrógino.​

La revista 'Anthropos' le dedicó un número monográfico. Es miembro de honor de la Sociedad Española de Psicología Analítica y director de la colección Hermeneusis de la editorial Anthropos. Ha sido profesor de las universidades de Zaragoza, Pontificia de Salamanca y Deusto, en la que se jubiló como catedrático emérito.

En su trayectoria ha realizado la intersección entre la escuela de Heidegger (hermenéutica) y la escuela de Jung (Círculo de Eranos). Su obra se extiende a lo largo de tres decenios y ha publicado más de 30 libros.