A la tercera va la vencida. Después de tener que suspender hasta en dos ocasiones su visita a Zaragoza por la amenaza de lluvia, Jairo Zavala, corazón y motor de Depedro, ofrece este jueves un concierto en el Anfiteatro Hombre Vertiente de la Expo (21.00 horas). El músico madrileño realizará un recorrido por su discografía y presentará algunas de las canciones que formarán parte de su próximo álbum ('Máquina de piedad'), que se publicará en octubre. Las entradas se agotaron hace semanas.

-Zaragoza siempre le ha recibido con los brazos abiertos.

-Solo tenemos buenas palabras. Zaragoza y todo Aragón en general nos abraza siempre que vamos y su gente nos ha recibido siempre de una forma maravillosa.

-¿Qué concierto van a ofrecer?

-Al final vamos a hacer un concierto al uso de Depedro, con los doce músicos de la banda. La gira empezó con un formato más íntimo basado en el último disco Érase una vez, lo que ocurre que los músicos ya llevaban mucho tiempo sin tocar y sentía un compromiso hacia ellos. Tenemos muchas ganas después de que se parara el mundo. Encontrarse otra vez con la gente es maravilloso. Además, queremos compartir las nuevas canciones y ver las reacciones. El setlist aún no lo he preparado, lo suelo decidir diez minutos antes de salir a tocar porque no soporto hacer siempre lo mismo.

-Se refería a los desastrosos efectos de la pandemia sobre la música en directo. ¿Ya es el momento de poner de nuevo la maquinaria en marcha?

-Esperemos que sí. Yo ahora soy un privilegiado porque mi proyecto funciona, pero llevo casi tres décadas de profesional y he estado en todos los estadios. Sé perfectamente cómo lo está pasando todo el gremio. Por eso soy consciente de que tengo que cuidar de la gente con la que trabajo.

-¿La pandemia dejará alguna enseñanza?

-Creo que al final sacaremos algo bueno de todo esto o eso quiero pensar. Yo al menos he aprendido un montón de cosas. Además, le debo muchos días y meses a mi familia y en esta época me he resarcido un poco.

-También le ha dado tiempo a grabar su nuevo disco.

Sí, aunque no hay rastro de la pandemia en el disco. Ya estaba compuesto antes. Se llamará Máquina de piedad, como el primer adelanto que publicamos en mayo. Dentro de unos días lanzaremos el tercer single del álbum, que saldrá completo en octubre.

-En ese tema (‘Máquina de piedad’) se aprecia un sonido distinto al sello Depedro, quizá más actual.

-Me lo ha dicho más gente, pero yo no me doy ni cuenta. Siempre intento cambiar el curso de la música y me sale la misma mierda (ríe). La caja de ritmos ha llamado la atención, cosa que me alegra mucho, aunque la he utilizado más veces. Una caja que, por cierto, se usaba en los 80. Yo siempre llego tarde a todo (ríe), pero sí que es verdad que el mezclador no es habitual y eso ha aportado un sonido algo diferente.

-‘Noche oscura’, el segundo single en el que colabora con Leiva, es más folk-rock. ¿Entre esas dos aguas navegará su nuevo disco?

-En el disco hay un poco de todo. Depedro siempre ha sido muy ecléctico y he bebido de muchas fuentes. Sí que creo que he conseguido tener una voz propia. Por eso creo que es un poco indiferente si una canción tiene un color u otro. El proyecto tiene una personalidad bastante definida y al final lo que importa es la canción, no cómo se vista. Sí que es cierto que Noche oscura tiene un punto más Neil Young o Tom Petty, que es música que he tocado muchísimo tanto en mis proyectos anteriores como con los Calexico.

-Casi no pudo presentar en directo su disco anterior: ‘Érase una vez’.

-Queríamos hacer conciertos acústicos en formato más íntimo, pero ya no pudo ser. Es un disco dedicado a la infancia, inspirado en mi propia experiencia como niño y como padre. Son canciones que nacieron en mi casa de forma natural para explicarles cosas a mis hijos y con frases que les robaba a ellos. Lo que tenía claro es que no quería decorarlas de forma condescendiente. Los niños son seres cognitivos iguales o superiores a los adultos en muchas ocasiones. No hay que tratarles como idiotas. En otros países hay mucha más música infantil. Animo a mis colegas a que hagan discos para niños porque mis hijos necesitan escuchar canciones que musicalmente sean interesantes y no estén totalmente edulcoradas.

-Se enorgullece de llevar desde los 19 años viviendo de la música. ¿Es su mayor éxito?

-Totalmente. Ahora tengo más notoriedad pero cambiará. He estado mucho más en el otro lado, en carreteras secundarias, y sé que eso volverá. Pero seré igual de feliz. Ni miro al pasado ni al futuro porque es muy aburrido. Solo disfruto del momento. El éxito es vivir de lo que te gusta y soy muy consciente de lo afortunado que soy.

-¿Sigue unas pautas para componer?

-Parto de un conflicto tremendo porque me cuesta muchísimo. Me encantaría decirte que soy muy prolífico, pero no es así. Es un sufrimiento muchas veces. Me gustaría que mis compañeros me explicaran cómo lo hacen. Sí que tengo un proceso de ir descartando, porque lo que no me gusta sí que lo sé. Por eso al final lo que permanece es lo que se queda. Hay veces que hago primero la música y otras que la letra. En este disco, por ejemplo, he escrito con compañeros, que es una cosa que casi no había hecho.

-¿Recuerda cómo compuso ‘Como el viento’?

-Es una canción muy importante para mí porque es la que abrió la puerta a todo el proyecto. Le tengo mucho cariño y la toco siempre. Es una canción inspirada en la mirada de mi compañera de viaje. Esa por ejemplo salió del tirón. No recuerdo conflicto en esa canción.

-¿Prevé retomar los conciertos con Calexico?

-No ha habido conciertos de Calexico desde la pandemia y sinceramente no sé muy bien si voy a poder seguir tocando con ellos porque Depedro cada vez me demanda más. Sigo en contacto con ellos, son mi familia y no sé muy bien lo que pasará. Han sido casi doce años y Depedro me está dando mucho trabajo. Me da pena aunque ellos siempre me han alentado a que impulse mi carrera. A lo mejor trabajo con ellos en la distancia grabando, no lo sé aún.