El escritor Lorenzo Silva cree que dentro de unos años la trama del procés catalán podrá servir de base para escribir una novela histórica como la que acaba de lanzar él sobre la Guerra de las Comunidades de 1520, pero considera que a la causa independentista le falta la "dimensión heroica" que sí tuvieron los comuneros.

Silva (Madrid, 1966) ha reflexionado sobre las posibilidades narrativas de la actual situación catalana durante una entrevista con la Agencia Efe en Segovia antes de la presentación en esta ciudad de su último libro, 'Castellano' (Destino), que relata la revuelta comunera contra los abusos de poder de Carlos V.

Preguntado sobre si la particular lucha de los independentistas catalanes que en estos momentos marca la agenda política española podrá inspirar algún día un libro como los suyos, Silva ha opinado que "seguro que sí", aunque considera que a esta trama le falta algo. "Lo que uno no encuentra en el procés, y lo digo sin ningún ánimo peyorativo sino como una simple constatación, es esa capacidad de sacrificio y de sostener frontalmente las cosas que uno dice y que son ineludibles", ha reflexionado.

A su modo de ver, "si la independencia fuera tan imperiosa y tan necesaria y fuera tan absolutamente irrenunciable", quizás "estaría un poco fuera de lugar buscarla con subterfugios y hacer las cosas por debajo y decir que se hace una cosa mientras se hace la otra". Por lo tanto, en su opinión, "o bien falta ese carácter" o bien "no hay tanta justificación detrás" como la que podía haber tras la revuelta de las comunidades, por las que, recuerda, "un montón de personas lo arriesgaron todo y lo perdieron todo": "Esa dimensión heroica yo no la veo en el procés, o no la he conseguido ver todavía".

'Castellano' está basada en hechos históricos, pero no se encaja en ningún género en particular porque incluye reflexiones personales sobre el propio "sentimiento de castellaneidad" que descubrió hace diez años en sí mismo el autor, madrileño pero con familia materna salmantina. "Un sentimiento de la dignidad personal, un sentimiento de cómo deben ser las cosas, una cierta austeridad, la capacidad de sacrificio, una forma directa de decir las cosas, no andarse con rodeos ni circunloquios" son algunos de los rasgos que, para Silva, definen al castellano.

En el proceso de documentación para sacar adelante el libro, en venta desde el pasado 5 de mayo, Silva reconoce haberse llevado muchas sorpresas porque, aunque tenía una idea acerca de este capítulo de la historia, no era consciente de la enjundia de algunos de sus protagonistas. Cita como ejemplo de ello al "obispo guerrero" Acuña, al que Silva define como "un personaje de Tarantino" que "en otro país hubiera protagonizado veinte películas", ya que resultó ser el más "aguerrido" de todos los comuneros y tuvo un "final rocambolesco" que el escritor no ha querido recordar para no hacer 'spoilers'.

La "humanidad que llega a conmover" de Juan de Padilla, uno de los líderes de la revuelta, que sigue luchando aun cuando ya es consciente de la inminente derrota, o la franqueza con la que el almirante de Castilla reprocha a Carlos V sus errores son otros de los detalles que sedujeron al que se propuso relatar su historia.

A pesar de la abrumadora derrota de la rebelión en la batalla de Villalar el 23 de abril de 1521 y el trágico destino de sus cabecillas y seguidores, Lorenzo Silva se propuso hacer su particular reivindicación de estos hechos en su obra. "Aunque los comuneros perdieron la guerra y la vida, en cierto modo ganaron la historia", resume, para señalar que los valores que defendían los comuneros y que a Carlos V le parecían "tan intolerables" acabaron por sentar las bases de la Constitución de Cádiz de 1812 y todo el constitucionalismo español del siglo XIX.

También del republicanismo español y de la Constitución de 1978, hasta tal punto, señala Silva, que la idea de rey que hoy encarna Felipe VI es "la que sostenían los comuneros" contra la figura absolutista de Carlos V: "Que el rey solo tiene sentido en la medida en la que este sirva a su reino", resume el escritor.