El campus de verano La Inmortal ha cerrado su primera edición con su ponencia más especial. Rodrigo Sorogoyen, con el premio Iris al mejor director por Antidisturbios bajo el brazo, llegó al Teatro Principal de Zaragoza para presentar una clase magistral en torno a su obra y su forma de trabajo. Sobre las tablas, acompañando al cineasta madrileño, estuvo Luis Alegre, encargado de dirigir la conversación y moderar el debate.

Sorogoyen, uno de los directores más importantes del panorama cinematográfico actual, ha repasado los inicios de su carrera sin olvidar el germen de su gusto por la narración: «Al ser hijo único, pasé mucho tiempo solo de pequeño y tenía que inventar mucho». Esta relación cercana con los libros o con las películas se convirtió, con el tiempo, en su forma de comprender la vida: «Mi forma de relacionarme con el mundo siempre ha sido contando historias».

Los primero s cambios importantes se dieron con su entrada en la Escuela de cine. El director ha reconocido que, «como en cualquier carrera o estudio», algunas asignaturas y profesores enseñaban más que otras. Sorogoyen comenzó sus estudios especializados después de completar la carrera de Historia: «No pude entrar en Comunicación Audiovisual y me decanté por esa, y creo que me ha servido para mi trabajo».

Los años cursando los estudios cinematográficos le acercaron a Sorogoyen a nuevos referentes, al conocer «todo el cine clásico, que era el que más veíamos en la escuela». Antes, como heredero de su tiempo, el director confesó haber disfrutado de «mucho cine español y del cine norteamericano de los años 70». Como referentes, tanto en su época de estudiante como en su primera etapa como profesional, Sorogoyen ha enumerado a «Kubrick, que era al que admirábamos todos; Scorsese y Woody Allen».

El talento, los estudios y la suerte, «porque las tres veces que tuve que tener suerte, la tuve», acompañaron a Sorogoyen en su etapa en la Escuela de cine. «Me escogieron como becario en una serie», ha recordado el cineasta sobre su primer empleo en la industria audiovisual, en la que entró como ayudante del equipo de guion. «Una experiencia divertida y emocionante», de la que destacó la especial ilusión de los primeros sueldos por hacer su trabajo deseado.

El salto definitivo llegó con 8 citas, su primera película, que narra varias historias de amor a través de sketches. «No quería que fuese mi primera obra, yo aspiraba a hacer de primeras una Reservoir Dogs», ha reflexionado entre risas Sorogoyen sobre su pensamiento con solo 25 años. De esta actitud ante el lanzamiento de 8 citas, el director madrileño extrajo una idea que considera presente, todavía, en el sector: «Hay mucho temor a enseñar, mucho miedo a mostrar las cosas que se han hecho».

El director de Antidisturbios o El reino, aclamadas por la crítica y el público, ha recordado la figura de Isabel Peña, guionista zaragozana con la que realiza todos sus trabajos: «Sin ella no estaría aquí dando esta charla». Sorogoyen ha aprovechado para contar el proceso creativo que siguen sus películas y series, que siempre nacen de «muchas horas de conversación con Isabel». Establecer el número y la forma de las escenas suele ser el segundo paso, mientras que el último es la escritura del guion: «Siempre escribimos separados, cada uno su parte, y luego nos corregimos mutuamente».

Un proceso creativo marcado siempre por la fuerza de la primera idea: «Es muy bonito que la idea vaya mutando, pero te debe apasionar desde el primer momento». La creación se completa con la aparición de los actores y actrices, que siempre suelen interpretar personajes oscuros, «porque generan mucha fascinación tanto en Isabel como en mí». Sorogoyen, que ha contado que la improvisación es un recurso que utiliza en sus rodajes, ha destacado que los actores con los que trabaja deben «saber entenderse conmigo, porque el diálogo es fundamental. También que sean capaces de improvisar y adaptarse a esta improvisación». El cineasta resumió su idea de cine con una contundente sentencia: «Para mí, el cine es el guion y los actores».

Primer balance del curso

Terminada la ponencia de Sorogoyen, David Carrón, codirector del campus, hizo una primera valoración de la primera edición de este curso. «Estamos muy satisfechos, porque todas las jornadas han estado muy concurridas», ha comentado Carrón. El director destacó que la voluntad y el interés deben mantenerse en el tiempo, porque en ocasiones, en las proyecciones, «ha sido el público habitual de la Filmoteca el que ha ayudado a completar el aforo». «Había mucho hambre de cine, como se puede ver en la interacción con el público», ha destacado Carrón, que ha culminado su resumen haciendo hincapié en el papel de la mujer en el cine: «Es el gran tema de debate, es el momento de la mujer en el audiovisual».

Mirando al futuro, el director del curso ha mostrado la necesidad de «preparar todo con mayor antelación, para facilitar las inscripciones» y el objetivo de convertir la capital aragonesa en «un foco de atracción» para los cinéfilos