El acceso a la cultura y a los grandes eventos es uno de los innumerables problemas a los que se enfrentan, a diario, los vecinos de la España rural. Iniciativas como Mi pueblo lee, que acerca a algunos de los referentes literarios actuales a los municipios más pequeños del país, ayudan a paliar este tipo de problemas. «Estamos hablando de pueblos que agonizan, pero llenos de gente muy luchadora que no está dispuesta a rendirse», comenta Maribel Medina, directora de Mi pueblo lee.

Tras recorrer parte de España en la difusión de la literatura, el turno de Aragón llegará en los meses de septiembre y octubre. Teruel monopolizará la presencia de la comunidad en este proyecto, con siete municipios diferentes: Oliete, Huesa del Común, Libros, Lechago, San Agustín, Guadalaviar y El Castellar. El municipio de Libros, además de su topónimo, tiene una especial unión con el festival:«Javier Sierra se empeñó en comenzar la iniciativa en este pueblo turolense. Aunque sea más tarde, por la pandemia, Sierra podrá pasar un día en el municipio».

«Somos un proyecto revolucionario, todo lo contrario a la caspa de algunos encuentros literarios», indica Medina sobre el inicio de Mi pueblo lee. La iniciativa crece con un curioso objetivo: «Queremos atraer a los no lectores, porque la gente que sí que lee seguro que asiste a este tipo de reuniones». Por último, en una comparativa atrevida, Medina ve un símil del pasado siglo en Mi pueblo lee: «Somos como la Barraca de Lorca», en referencia al grupo de teatro ambulante y popular dirigido por el poeta durante la Segunda República.

La apuesta de Mi pueblo lee por su presencia en Teruel es total. De hecho, la asociación ya prepara un documental sobre la experiencia en las tierras de la provincia aragonesa. Junto a la productora Estación Cinema, también de origen turolense, están preparando un gran reportaje que «seguirá a cada escritor en su viaje al mundo rural y contará sus sensaciones al vivir esta experiencia». Un proyecto centrado única y exclusivamente en Teruel, como explica Medina: «Nos pareció tan bonita la lucha de las asociaciones turolenses por mantener sus pueblos vivos que creíamos que había que grabarlo».

Aunque el proyecto estaba listo para arrancar en 2020, la pandemia obligó a retrasarlo hasta 2021. A pesar de ello, Medina cree que les «vino bien para hacer algunas reuniones más y terminar de enfocar el proyecto». En esos meses de preparación se terminó de confeccionar el calendario y los pueblos que visitarían, hasta comenzar el pasado mes de junio. «Las primeras sensaciones son fantásticas, muy buenas», comenta Medina sobre el primer mes de vida de la iniciativa.

La directora del proyecto también se atreve a opinar sobre las diferencias entre los pueblos que se visitan, «marcadas por el presupuesto y el número de gente». Mi pueblo lee, asociación sin ánimo de lucro, se encarga de organizar los festivales con el presupuesto del ayuntamiento de cada municipio: «Los pueblos más pequeños se vuelcan y son muchos más originales; siempre sale mejor en estos sitios». La otra parte vital para que las diferentes actividades de estas jornadas salgan adelante es la presencia de los autores. «Son escritores asociados a nuestra organización, con un caché muy elevado para estos municipios, pero conseguimos que se animen», señala Medina, que encuentra en el calendario la mayor dificultad para completar las visitas: «Los escritores siempre tienen agendas muy apretadas».

La gran apuesta de Mi pueblo lee radica por la implicación de los pueblos: «Si no hay librería en el pueblo, buscamos algunas cercanas, porque siempre es necesario que haya un puesto de libros en las jornadas». Medina tiene claro que, igual que se apoya a los pequeños municipios, se apoya al pequeño comercio: todas las librerías participantes son negocios particulares, que no pertenecen a ninguna cadena comercial.

Los turolenses tienen una cita, durante los meses de septiembre y octubre, con algunos de los escritores más reconocidos del país. Literatura al servicio de la lucha contra la despoblación.