Más de un millar de espectadores han disfrutado de las actuaciones de Zuera Escena, cuya tercera edición concluyó el pasado 10 de julio de la mano de la compañía zaragozana Teatro Che y Moche. El ciclo de artes escénicas comenzó el pasado 5 de junio y, desde entonces, cada sábado, ha deleitado a vecinos y visitantes con espectáculos de títeres, danza contemporánea, teatro y clown.

Pese a las restricciones y las medidas de seguridad, muchos han sido los que a lo largo de este último mes han mostrado su apoyo al sector cultural apostando por las artes escénicas como alternativa de ocio. De hecho, el cartel de completo se ha llegado a colgar en la mitad de las actuaciones.

A lo largo de seis semanas consecutivas, por el escenario de Zuera Escena han pasado renombrados artistas y compañías tanto de Aragón como de fuera de sus fronteras. Primero fue el turno de Javier Aranda y su espectáculo de títeres, Vida; una semana después, llegados desde Jerez de la Frontera, los integrantes de La Zaranda representaron La batalla de los ausentes. También hubo espacio para la danza contemporánea de la mano de la compañía Otra Danza y su espectáculo Pélvico.

El último fin de semana de junio, la protagonista fue la gran dama del teatro Lola Herrera, que volvió a meterse en la piel de Carmen Sotillo, el icónico personaje creado por Miguel Delibes. Su actuación en Zuera generó una gran expectación, ya que constituyó una de las últimas representaciones de Cinco horas con Mario, pues la actriz anunció que dejará la obra en otoño. Pepe Viyuela encandiló al público con su ingenio cómico desde la perspectiva de un payaso que se ve obligado a representar un papel que desconoce, y Teatro Che y Moche, con Réquiem por un campesino español, puso el punto final a la edición de este año, que coincidió con el 120 aniversario del nacimiento de Ramón J. Sender.

Desde la organización se muestran satisfechos con el resultado de esta tercera edición y la respuesta por parte del público. “Volvimos a presentar una programación bajo criterios de calidad, equilibrio, apertura e igualdad. Queríamos que la gente viniera a Zuera a disfrutar y se olvidara, durante unas horas, de la situación que estamos viviendo. Y lo hemos conseguido”, explica Mar Blanco, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Zuera. “La cultura es segura y la cultura es resistencia, así que aquí estaremos para seguir apoyando a este sector”, añade.

La edición de este año se adelantó del otoño al verano porque, muy pronto, están previstas obras de reforma en el teatro que acoge el festival. Por este motivo, los organizadores prefirieron reprogramarlo en lugar de no celebrarlo este año, y ya piensan en una cuarta edición que iguale el éxito de las tres anteriores. “Cada edición aumenta el hábito de asistir al teatro. La gente se ‘engancha’. Y es que, ha surgido un diálogo muy especial entre las representaciones y el público asistente, más entregado que nunca”, concluye Blanco.