No es poesía, pero se recita. No es teatro, pero se desarrolla en escenas y en un auditorio con público. Llego con tres heridas, la última performance de la artista segoviana Violeta Gil, aspira a ser, en un futuro, «una representación de artes escénicas, que contará con bases musicales y algunas proyecciones». Por el camino, una preparación de dos meses en Etopia como artista perteneciente al programa Residencias de autor del laboratorio zaragozano: «Me invitaron a tener dos meses de trabajo en este espacio, centrada en la parte híbrida de mis creaciones».

Porque Gil ha dedicado gran parte de su estancia en Zaragoza a la redacción de su primer libro de prosa, Llego con tres heridas, que verá la luz en 2022. «Aparte de escribir, he desarrollado nuevas escenas y he pensado en cómo llevarlo al escenario», explica la artista. Un proceso cargado de materiales de inspiración, personales y externos, con los que construir los primeros pasos de lo que promete ser una obra innovadora: «Mi deseo es que estos materiales íntimos no se queden encerrados en mi esfera, sino que salgan para poder hablar, a través de ellos, de otras heridas».

En la preparación de esta actuación, Gil ha colaborado con dos cineastas, Elena López Rivera y Víctor Iriarte. «Busco el diálogo, porque defiendo que la creación siempre tiene que ver con la conversación con el otro», comenta Gil, que considera que este diálogo se puede dar con otras personas y, también con el entorno que rodea al artista: «El contexto social, político o ciudad marca la forma en la que se crea». La unión con los dos directores de cine viene marcada también por la necesidad de «cambiar los roles», ya que Gil estaba acostumbrada al trabajo de su compañía de teatro, La Tristura. «Lo que más me fascina del mundo son los pensamientos de los humanos», concluye.

La pasión por la creación que destila Gil le lleva a no paralizar su creatividad en ningún momento y a mantener su cerebro pensando en sus obras artísticas «de forma automática, aunque no lo haga a propósito». Tanto es así que Gil aprovecha conversaciones, paseos, lecturas y películas para recoger nuevas ideas: «Todas estas dinámicas forman parte de mi propio bagaje y, en algún momento, pueden salir al exterior en formato creativo». La artista defiende que todas las obras de arte beben de anteriores creaciones, «porque nada nace por generación espontánea», y que estas fuentes enriquecen las nuevas obras: «Mis obras son especiales, porque yo soy un individuo único, pero no soy lo original, porque he llegado aquí gracias a todas las creaciones que se han dado antes de mí». «Es mi forma de enfrentarme al mundo», sentencia Gil.

Llego con tres heridas recuerda al poema de Miguel Hernández, de título casi homónimo, Llegó con tres heridas: «Intento mostrar una especie de actualización, mostrar la falta por la muerte y reconstruir figuras ausentes». La relación con los versos del poeta español, versionados musicalmente por Joan Manuel Serrat o Joan Báez, va mucho más allá del nombre: «Me sentía conectada con el poema de una manera muy visceral». «Creo que esos versos explican la vida de una forma maravillosa», comenta Gil, que ve a parte de su generación reflejada en los versos de Hernández sobre la vida, el amor y la muerte. Esos tres temas son, llevados a la modernidad, parte esencial de la última obra de Gil: «Para mí la muerte no es un final, es una parte de la vida».

La muestra de Violeta Gil se desarrollará esta tarde a partir de las 19.30 horas en el auditorio de Etopia. Las entradas, con un precio de 3 euros, se pueden adquirir en la página web del propio laboratorio artístico.