"Salió la luna, salió / para aprender la canción / que canta gente del sur / en un bar del callejón..." No fue en una calle angosta donde la luna llenísima asomó para entonar las canciones de Jarabe de Palo, sino en un espacio abierto de la Alta Ribagorza aragonesa, al ladito de la localidad de Montanuy, con la que Pau Donés tuvo una relación especial. Ahí se empadronó y ejerció de vecino cuando sus compromisos artísticos se lo permitían. Así que en Montanuy el festival Sonna montó el sábado uno de sus conciertos, todo un homenaje a Pau Donés tributado por quienes formaron su banda (Álex Tena, batería; Jimmy Jenks, saxo; Jaime de Burgos, teclados; Jordi Bericat, bajo, y David Muñoz, guitarras), dirigidos por el productor Micky Forteza, y un grupo de intérpretes formado por Travis Birds, Marinah (Ojos de Brujo), La Mari (Chambao), Pecker, Adriá Salas (La Pegatina) y Elem.

El formato del concierto, el emplazamiento entre montañas (aunque sin lago), la fresca, fresquísima temperatura e incluso el ambiente festivo (aunque obligadamente amainado por la pandemia) recordó no poco a algunas de las veladas pretéritas del ahora congelado (ya veremos si sale de la nevera cuando el bicho esté bajo control) festival Pirineos Sur. Con menos aforo, claro. Pero, de hecho, todos los cantantes, salvo Travis y Elem, han pasado por el escenario flotante de Lanuza. Pero a lo que vamos: el tributo a Pau.

Antes de la actuación se proyectó el documental 'Eso que tú me das: última charla con Pau Donés', dirigido por Jordi Évole y Ramón Lara, en el que el cantante, tras conocer que su vida estaba siendo consumida rápidamente por el cáncer, quiso hacer varias confesiones y formular algunos deseos; curiosamente, uno de ellos fue que, de celebrarse, los homenajes a su obra fuesen musicalmente notables.

El sábado, en Montanuy, como suele ser lo habitual en este tipo de conciertos, hubo luces y sombras, aunque estas últimas estuviesen alumbradas por el cariño hacia el creador de una de las canciones en español más arraigadas en el imaginario popular: 'La flaca', claro. Adriá Cortadellas fue su recreador, quien también se ocupó de la canción de cierre ('Grita'), en la que participaron todos los intervinientes. Al comienzo, Micky Forteza abrió con 'El bosque de palo'; Marinah siguió el programa con 'Días en la vida' y 'Depende'; Travis Birds interpretó con mucho sentido 'Pura sangre' y 'Me gusta como eres'; a Elem le tocó 'Completo, incompleto'; Pecker, quien como Travis manejó con tino el concepto recreación, bordó 'El lado oscuro' y 'Bonito'; La Mari cantó 'Agua' y 'Déjame vivir', y obvió la prevista 'Eso que tú me das'; la voz de Pau sonó en 'Humo', y luego, la mencionada traca final. La banda cumplió con creces y toda la oferta sonora tuvo un agradecido ritmo interno.

 ¿Se cumplió el deseo de Pau sobre los homenajes? Depende. Si preguntamos a los espectadores, desde luego. A fin de cuentas, era lo que esa noche de luna llena importaba. Creo, vaya.