Una chica de 14 o 15 años sale de un vertedero en Los Ángeles ante la atenta mirada de Luis Buñuel que se encuentra con la escena por casualidad. Es el año 1944 y, de ahí, el calandino, una mente inquieta, imagina un relato sobre una chica que se enamora en el contexto de fin del mundo ya que en medio del vertedero hay unas casitas donde vive esa chica, en pleno contraste con el glamur de la ciudad. Acaba de nacer el germen de un guion para una película que el turolense se pondría a escribir con otro surrealista, Man Ray, y que se culminaría al año siguiente. Las alcantarillas de Los Ángeles se iba a llamar el filme que nunca se llegó a realizar y cuyo guion se perdió. Ahora, el investigador Esteve Soler se ha propuesto investigar esa etapa merced a una beca Leonardo de la Fundación BBVA que acaba de recibir.

«Es una película –comienza Esteve Soler– que era muy distinta a lo que Hollywood buscaba en ese momento y pese a que ellos tenían vínculos con la industria, Hollywood no admite ese tipo de producto underground en un tiempo en el que cual ese concepto de cine independiente casi no tiene sentido en Hollywood». Esa es una de las causas por lo que poco más se conoce de ese guion perdido que ahora Soler pretende rescatar empezando por los archivos de la Metro Goldwyn Mayer y la Warner Bros, productoras para las que Buñuel trabajó entonces: «Soy consciente de la escasez de información, por eso siempre digo que es un proceso de búsqueda en el que el proyecto final es relevante. Quiero intentar construir un relato lo más cercano posible a ese momento y como mínimo tener una certeza de lo que ha ocurrido. Por eso, yo siempre lo comparo con el Santo Grial. El guion es un objeto imposible pero buscamos que ese recorrido nos acabe transformado», aclara el investigador. Y es que conviene no olvidar que Buñuel era muy dado a no contar mucho sobre sus años en Hollywood: "No le interesa, intenta pasar de lado por esta etapa. Es alguien que tiene tendencia en ocasiones a destacar las cosas relevantes que le han pasado y las otras las oculta o las transforma para que tengan una justa relevancia».

Las alcantarillas de Los Ángeles nunca llega a realizarse pero aquello no fue un trabajo en balde. «Man Ray compara posteriormente ese proyecto y las películas de Buñuel. Este seguramente recicla buena parte de ese imaginario en trabajos posteriores. Man Ray habla concretamente de Los olvidados como película heredera de este proyecto olvidado», revela el investigador.

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De hecho, el objetivo de Esteve Soler es que una vez concluya el proceso de búsqueda de información inicie la segunda parte del proyecto, que es la de la creación, aún por definir: «Estoy a la expectativa de ver cómo evoluciona pero soy consciente del poder cinematográfico de un material así e intentaré que el formato final esté vinculado a ello», concluye el también cineasta y creador escénico que tiene muy claro que «toda esta etapa es un material poderosísimo» con el que hay que saber trabajar.

De ser ninguneado a ganar un Oscar en 30 años

En la época en que Buñuel y Man Ray pergeñan este guion, en 1944, el turolense no estaba pasando un buen momento: «Está mal en Hollywood, no puede desarrollar proyectos creativos, tiene ciática, depresión, los estudios pasan de él, el FBI le persigue…», relata un Esteve Soler que hace hincapié en la paradoja que se produce tres décadas después viendo esta situación: «Recibe el Oscar por El discreto encanto de la burguesía y de ser una persona ninguneada pasa a recibir un premio. Encima le hacen una fiesta para él, con el famoso encuentro con Ford, Hitchcock, Wilder… Entonces, Hollywood le da carta blanca para hacer cualquier cosa y él ya dice que no, entiende que no es el momento y sigue con su trayectoria francesa».