Hace cuatro años, en el verano de 2017, en tiempos prepandemia y saliendo ya de una larguísima crisis económica, en Aragón hubo 17 campañas arqueológicas con excavaciones. Al año siguiente fueron 19. Una cifra bien es cierto muy alejadas de otras épocas donde se podían alcanzar las casi 60. Este verano del 2021, en plena pandemia, el Gobierno de Aragón ha autorizado 11 excavaciones arqueológicas aunque las actuaciones en diferentes yacimientos llegarán a 26 (aunque algunas de ellas serán sondeos o tomas de muestras y habrá, eso sí, un buen número de prospecciones).

Otro dato más. De esas 11, algunas como la de La Codera, yacimiento ubicado en Alcolea de Cinca, apenas ha durado cuatro días (cuando solía hacer campañas de 15 días) dirigida por Félix Montón, aunque al menos bien es cierto se ha podido realizar y como novedad se ha constituido una asociación de amigos del yacimiento para impulsar su conocimiento. De todas las actuaciones, destaca como casi todos los veranos de la última década, la de Los Bañales en Uncastillo, un yacimiento que se ha convertido en uno de los más activos de la comunidad merced al empuje de la Comarca de las Cinco Villas. No muy lejos de allí está el de Cabeza Ladrero, uno de los pocos que no suspendió su campaña del año pasado y que ha superado todos los obstáculos covid. Ha contado este verano con 12 alumnos y 3 técnicos en sus trabajos y todos han tenido que pasar una prueba PCR y se han visto obligados a hacer vida prácticamente en el albergue de Sos del Rey Católico con incluso comida para llevar, además de las medidas habituales que se han aplicado, obviamente en todos los yacimientos, mascarilla y distancia social. Unos condiciones que, evidentemente, no han ayudado a que las campañas veraniegas en este 2021 hayan sido más numerosas. Y es que no hay que olvidar que buena parte del material humano en el que se sustentas estos trabajos reside en los estudiantes de arqueología que participan en estas campañas con todo lo que ello conlleva.

En el lado positivo, hay que destacar, por ejemplo, el regreso de los trabajos al yacimiento de Bursau en Borja, lugar en el que no se intervenía desde hace casi tres décadas, en el año 1987; o también la campaña en el yacimiento de Aratis, de Aranda del Moncayo, conocido por los cascos celtíberos y del que ahora se pretende conocer mejor su realidad para convertirlo también en atractivo turístico.

En Teruel, auspiciado por el propio Museo de Teruel, se ha seguido trabajando en El Cerrito en Cella (donde se empezó a hacerlo en el año 2012) buscando nuevos enclaves arqueológicos en el entorno de un lugar del que ya se tiene constancia de que había actividad en la Edad del Hierro.

Además, junto a la campañas veraniegas conviene resaltar los trabajos que se están haciendo en La Malena, yacimiento ubicado en Azuara, donde se ha restaurado ya el mosaico romano de las Bodas de Cadmo y Harmonía, aunque, de momento, todavía no se puede visitar, y se sigue trabajando en uno de los enclaves más destacados de la comunidad autónoma.

Las actuaciones arqueológicas se complementan este verano con las paleontológicas, hasta 11, en lugares como Ariño, Camarillas, Teruel, Alacón, Blesa, Galve, Peralta de la Sal, Aliaga, Estercuel y Escucha, entre otros muchos lugares. 

Algunas actuaciones

Cabeza Ladrero. Los trabajos han permitido llegar a niveles tardorrepublicanos romanos

La campana de este año en Cabeza Ladrero ha durado un mes. CABEZA LADRERO

En el yacimiento de Cabezo Ladrero (cuya ciudad conocida arranca en el siglo VIII antes de Cristo y que perdura hasta el siglo VI) , no pararon los trabajos ni el verano del año pasado con el covid en apogeo: «Este año hemos estado excavando la zona de la necrópolis. El objetivo es conseguir establecer una cronología de uso de ese espacio. Hemos levantando otras dos fases de ocupación y hemos llegado a lo que pensamos que son niveles tardorrepublicanos, en el siglo I antes de Cristo», cuenta el director de los trabajos arqueológicos, Ángel A. Jordán.

Además, se han localizado en este lugar perteneciente a Sofuentes, otros dos enterramientos más, lo que les va a permitir seguir estudiando «la alimentación. Vamos a realizar análisis de isótopos a dientes para poder obtener datos de la alimentación sobre todo en la infancia que es cuando se forma el diente», señala el arqueólogo, que explica que en este yacimiento las cenizas se guardaban en «cajas de madera». 

Bursau. Vuelven las excavaciones a la ‘domus’ romana de El Pedernal

El yacimiento de Bursau vivió sus primeros trabajos en los años 80. BURSAU

El año pasado se procedió a limpiar toda la zona de El Pedernal (en el yacimiento de Borsau en Borja) en la que ya se había trabajado en los años 80 y, este año, desde el pasado 2 de agosto, han vuelto los trabajos a la zona en una campaña dirigida por Francisco Javier Gutiérrez: «Vamos a intentar entender las estructuras que se excavaron en los años 86 y 87 ampliando los trabajos por el este y el sur. Vasmos a excavar en el centro del patio de lo que será la distribución central de la casa romana y a ver si encontramos las habitaciones que cierran la casa. Y luego hacia el este tal vez haya otra vivienda nueva o ya veremos cómo se articula el urbanismo que tuvieran en ese siglo I y II después de Cristo», explica. Todavía no se conocen las dimensiones de la domus romana hallada pero sí que es claro es que es un «reflejo del poderío acorde a esa bonanza del siglo I después de Cristo». Además, es posible que bajo ese patio se encuentren restos celtibéricos de época sertoriana. 

Los Bañales. Hallan la muralla que cerraría el lado norte del enclave romano

El yacimiento de Los Bañales, situado en Uncastillo. LOS BAÑALES

El yacimiento de Los Bañales en Uncastillo es en los últimos años el más activo de los que hay en Aragón de la mano de Javier Andreu y la Comarca de las Cinco Villas. Los trabajos de este año han permitido descubrir parte de la muralla que cerraría por el lado norte este enclave. Un elemento «que más que de protección, porque los romanos estaban plenamente asentados aquí, serviría para dignificar este emplazamiento, un escaparate con vistas al río Riguel y la importante zona agrícola que rodeaba esta ciudad», indica el propio Andreu. En esta campaña de excavación se han hallado también pasos de cebra y empedrados de suelo con marcas del paso de carruajes, monedas, mármoles ornamentales, monedas Prelatinas y de época Imperial, entre otros tesoros. El yacimiento, ademas, ha lanzado con éxito una campaña de crowdfunding que le va a permitir proseguir con sus trabajos más allá de los veranos con todo lo que conlleva. 

Aratis. Una primera incursión a raíz del expolio de los cascos celtíberos

El yacimiento de Aranda del Moncayo ha vivido su primera campaña. ARATIS

El expolio de los cascos celtíberos de Aratis (Aranda del Moncayo) y su repercusión ha provocado que este año el yacimiento haya vivido su primera campaña de excavación. «Nuestro trabajo es poder entender la ciudad que ha generado esos cascos. Los objetos te aseguran reclamo y difusión necesaria y, a partir de ahí, cuando la gente visita el yacimiento, ve que tiene un potencial muy grande, es una ciudad no muy conocida en los circuitos de turismo pero es un sitio espectacular», cuenta el director de esa campaña, Francisco Javier Gutiérrez, que prosigue: «Hemos hecho una pequeña intervención y diferentes prospecciones que han sacado unos 20 metros de muralla de más de 2 metros conservados en altura y hemos definido el torreón de la zona alta del yacimiento. Sabemos que el sur es la parte más antigua, ya veremos de qué época, posiblemente del V o VI», dice el arqueólogo que confía en que la campaña prosiga en el 2022.