Diez años desafiando a todos los elementos, incluso en sus orígenes a la falta de luz. O lo que es lo mismo, diez años lleva en pie la Muestra de cine más pequeña del mundo en Ascaso y cada año, lo que parece un milagro se convierte en una realidad palpable que recibe la visita de muchos aficionados al cine no solo de la comarca del Sobrarbe. Y este año, como ya es tradición, la muestra ha cerrado este fin de semana una edición de «éxito» a pesar de que se ha tenido que pelear contra las condiciones climatológicas en forma de lluvia que obligó a reprogramar una de las sesiones en el Palacio de Congresos de Boltaña.

La jornada de clausura, que se celebró el sábado por la noche, puso el broche de oro con un concierto de La ronda de Boltaña y la entrega del Premio Ascaso a la Comisión Permanente del Festival de Cine de Espiello. Además, se proyectó el cortometraje Holy family y First cow, la última película de la realizadora estadounidense Kelly Reichardt. Una velada muy especial que concluyó con una demostración de lo que es organizar algo tan especial. Y es que los voluntarios tomaron el protagonismo en la conclusión para poner el broche cantando Somos, de José Antonio Labordeta.

Tras la complicada edición del año pasado, marcada por las limitaciones derivadas de la pandemia de covid–19, que, entre otras restricciones, impidió habilitar la zona de acampada; este año, todavía manteniendo las precauciones necesarias, la Muestra de cine de Ascaso ha recuperado el nivel de ingresos de 2019. Esto, en palabras de su codirector, Miguel Cordero, «garantiza la sostenibilidad económica del festival» que se dio un pequeño batacazo el año pasado. Por todo eso, y a pesar de los inconvenientes generados por la meteorología, la Asociación de vecinos/as y amigos/as Los Relojes, organizadora del evento, ha hecho un balance final «muy positivo».

La muestra inauguró una exposición fotográfica sobre los diez años de festival en Ascaso. MUESTRA DE CINE DE ASCASO

En la entrega del Premio Ascaso, el portavoz de la Comisión Permanente de Espiello, Antonio Revilla, recordó que para la gente de la comarca, «Ascaso era poco más que un reloj de sol y el punto donde comenzaba la pista para subir a la montaña de Nabaín», pero «habéis conseguido organizar una muestra de cine de mucha calidad». «Somos festivales hermanos, y siempre os vamos a acompañar», añadió.

La vicepresidenta de la Asociación de vecinos/as y amigos/as Los Relojes, Begoña Sesé, fue la encargada de entregar a Revilla la estatuilla del escultor de L’Aínsa Jesús Sanz, con la que cada año se reconoce la labor de personas y organizaciones que contribuyen a acercar el cine independiente y de autor al medio rural.

La décima edición de la Muestra de Cine de Ascaso ha sido también la del hermanamiento con el Festival de Contis. La delegación francesa que ha compartido estos días con los voluntarios regresa a casa «con muy buenas sensaciones», y en dos semanas será una delegación de Ascaso la que visite la región de las Landas.