El poeta, filólogo, traductor y editor Luis Alberto de Cuenca ha ofrecido una conferencia sobre la novela histórica Los idus de marzo, una de las obras más conocidas del escritor norteamericano Thornton Wilder (1897-1975). Escrita con una estructura epistolar y publicada en 1948, la novela aborda los hechos y los personajes que concurrieron en el asesinato de Julio César, el 15 de marzo del año 44 a.C. Gran admirador de la obra literaria de Wilder, Luis Alberto de Cuenca ha destacado que la muerte de César «ha fascinado a la humanidad desde que se produjo el asesinato y siguió cautivando al mundo a lo largo de los tiempos», debido a la talla universal del personaje, a la conspiración que condujo a la tragedia y a los diferentes autores que trataron aquellos hechos a lo largo de la historia.

«Thornton Wilder brilló con luz propia en una de las épocas más fértiles de la literatura norteamericana», ha subrayado el escritor bilbaíno. Su infancia en China, debido a que su padre fue nombrado cónsul del país asiático durante varios años, le proporcionó un sentimiento cosmopolita que influyó mucho en su obra. Wilder, además, lo acrecentó al aprender diversos idiomas, entre ellos el español. Tras estudiar en diversas universidades estadounidenses, comenzó a ejercer de profesor, una actividad que mantuvo siempre. Su primera novela, La Cábala, pasó desapercibida, pero El puente de San Luis Rey, basada en un cuento peruano, constituyó un gran éxito que le permitió viajar por Europa durante dos años. En 1948 publicó Los idus de marzo, obra que acrecentó su fama y le dio un mayor reconocimiento internacional.

La novela, estructurada en cuatro libros, se sostiene en cartas y documentos de todo tipo en los que Thornton Wilder reflexiona sobre la muerte, la vida, la religión, los procesos mentales de César y otras cavilaciones. Fantasía y reconstrucción histórica se dan la mano en esta obra capital para entender la Roma clásica.

La compañía teatral LaClac ha cerrado la jornada con un recital de versos del bilbilitano Marcial (40-104 d. C.). El poeta se trasladó a Roma hacia el año 64 para estudiar leyes bajo la protección de Séneca, pero el suicidio de este le dejó en la pobreza y subsistió en la capital del imperio gracias a sus versos, hasta que se ganó la amistad y la confianza de patricios e incluso de emperadores. Al final de su vida decidió regresar a Bilbilis, la Calatayud actual. Marcial plasmó en sus poemas satíricos, ingeniosos, a veces lujuriosos, la vida cotidiana de la Roma que vivió.

Un actor de la compañía LaClac, en el inmejorable escenario del Teatro Romano de Zaragoza, ha leído El gran bebedor, Los invitados de Cota, Haz lo que quieras, pero con mesura, Plagiario de versos y Borracha que disimula, entre otros. Ha sido un brillante epílogo para las II Jornadas de Novela Histórica, que tienen asegurada su continuidad y, por lo visto estos días, la fidelidad del público zaragozano.