El premio de arquitectura García Mercadal, que ha celebrado en la sala Rioja del Patio de la Infanta su vigésimo sexta edición, ya tiene ganador. Julio Clúa, Natalia Clúa, Jaime Clúa y María Pilar Longás, de CLC Arquitectos, han sido elegidos los ganadores por la rehabilitación integral del edificio del paseo de Ruiseñores,18. Celebrado en el día internacional de la Arquitectura, el acto de entrega estuvo presidido por José Luis Soro, consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón; José Antonio Yagüe, director del EINA; Marta Valencia, presidenta de la fundación DFA; y Carlos Turégano, vicedecano del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón.

La reforma de este complejo residencial, que alberga seis viviendas, destaca, según el colegio de arquitectos, por «el aprovechamiento inteligente de una tipología arquitectónica existente, adecuándose a las exigencias actuales del espacio habitable, renovando las fachadas con un sistema flexible de celosías con las que consigue mantener elegantemente la escala residencial de baja densidad».

«La rehabilitación ha tenido que ser mucho más a fondo de lo que pensábamos al principio», ha declarado Julio Clúa, que ha destacado que la construcción estaba «no solo abandonada, sino también vandalizada». El arquitecto ha señalado que el edificio «prácticamente carecía de cimientos» y el trabajo ha conseguido «dotarlo de una serie de sistemas para que tenga una calidad óptima en todos los temas».

Clúa ha defendido que la construcción que ocupa el paseo de Ruiseñores, 18, tiene ahora «un lenguaje moderno y valiente». La modernidad de la construcción también viene de la mano de los materiales, «ligeros, aislantes, con fachada ventilada y con celosías de aluminio graduable».

Los ganadores del García Mercadal, con Soro y el vicedecano Turégano. ANDREEA VORNICU

El arquitecto ha detallado que la premisa fundamental del proyecto fue «la no demolición del edificio», en una búsqueda por mantener la escala de la calle. «Si hubiéramos tirado la construcción anterior, solo habríamos podido construir la planta baja y la primera; mientras que ahora tiene hasta cuatro plantas».

En el proyecto de rehabilitación del edificio también estuvo presente la pandemia y la posibilidad de un nuevo confinamiento, dos ejes que se han contemplado en el galardón de este año: «La construcción, que antes no tenía terrazas o espacios exteriores, ahora cuenta con los vuelos necesarios para este tipo de diseños». «Hemos conseguido que todas las viviendas tengan terrazas, que no desentonan con el resto de la construcción», ha explicado el arquitecto, que ha catalogado a los espacios exteriores como «muy necesarios» para las viviendas contemporáneas.

Clúa ha cerrado celebrando el buen trabajo de su grupo, «que combina sangre muy joven con alguna más experta. Hemos funcionado como el edificio: un buen resultado de la mezcla de experiencia y novedad», ha sentenciado el arquitecto.

En la gala se entregaron también seis accésits y una mención especial. Todos estos reconocimientos mantuvieron la línea defendida por las autoridades: la búsqueda de una arquitectura más social, más respetuosa con el medio ambiente, accesible para todas las personas y adaptada a las nuevas necesidades de la sociedad. Las restauraciones y rehabilitaciones, el buen trato del patrimonio histórico o la difusión de la arquitectura a través de los libros también fueron protagonistas de algunos de los galardones.

A la fiesta anual de la arquitectura en Aragón también se sumó Marie Claude Tourillon, ganadora del García Mercadal en 2020, que no pudo recoger su premio el pasado año por las circunstancias sanitarias.